24/4/04

Sopa de Ganso (24/4/2004) Torcón de la Calleja Rebollo

   El sábado pasado el Ganso es lo que estuvimos haciendo cuando Noelia, Pablo y yo nos fuimos al Torcón de la Calleja Rebollo con el BMW de Pablo por el puerto de Fuente las Varas hasta Sel de Souto en Matienzo y nos bajamos del coche y nos cambiamos y nos pusimos a preparar los carbureros y utilizamos una bolsa de plástico, donde echamos el polvo de carburo,  con un agujero que fabricó un anagrama en el asfalto. Y luego, cuando anduvimos hasta las cancelas y saltamos los sospechosos pastores eléctricos e invadimos la intimidad de un toro semental y de su vaca acompañante (en este punto no debieramos olvidar la primavera imperando y aromatizando con dulzor de flores de color malva todo el bucólico entorno) mientras el toro nos enviaba miradas sospechosas que nos hacían sospechar de su actuación posterior aunque luego giraron, el toro y la vaca acompañante, con parsimonia y se alejaron placidamente, hoyando el prado con agujeros de un palmo de profundo que nos hicieron pensar en un posible pisotón, y también nos obligaron a recordar a Pablo que el cordón de su bota derecha estaba suelto como en muchas otras ocasiones. Y después, cuando de forma cómica descendimos la herbosa y deslizante pendiente que da acceso al pequeño agujero vertical que da entrada al Torcón y del que se había desinstalado la cuerda y del que se resurge sobre una oquedad que amenaza, si no prestas la atención adecuada y sometes a una ágil actuación, con hacerte caer sobre unas duras piedras dos metros más abajo; y siempre acompañados por las dos sacas que deben bajar independientes pero solicitando nuestra atención como una grácil doncella que te hace mohines cuando está pidiendo en realidad que la adores con un mensaje no verbal. Y luego al comentar que la cueva es encantadora y coqueta, llena de rincones con gracia y bien decorados y con hábiles maneras de divertir al personal con juegos del tipo "sube una cuerdecita", "baja una cuerdecita", "pasa por una gatera" (y es aquí donde uno de los espeleólogos sugiere llamar gusaneras a algunas mal llamadas gateras, como la Chocolate Slice, y que incluso podría haber ratoneras, leoneras, giraferas y conductos para todo un parque zoológico; porque decidme: ¿que razón existe de que solo vaya a haber gateras? ¿en donde queda nuestro sentido democrático y el principio de igualdad de oportunidades? ¿acaso no tiene una lombriz el mismo derecho que un gato a que se utilice su nombre para bautizar una manera de moverse?; debido al método de avance y a su longitud una lombriz tiene muchas más posibilidades que un gato de practicar espeleo; pero no nos despistemos de nuestro principal objetivo que es narrar de forma objetiva el transcurso de una visita al bonito Torcón de la Calleja Rebollo). Y luego, disponiéndonos a deslizarnos con ligereza y donosura por un pasamanos, al que cada uno, en razón de la libertad de expresión que debe regir en un Estado de Derecho como el nuestro, elige pasar de una manera; y mientras uno hace un pasapiés el otro hace un pasaculos y un tercero hace un pasodoble de forma que la creatividad es una constante del grupo que disfruta jocosamente con todas las ocurrencias colectivas y personales, que de todo hay en este día. Y algo después, llegando al pocete por zonas resbalosas y simpáticas ¡ten cuidado por ahí! ¡ten cuidado por allá!, ¡por este lado es más fácil!  ¡por allí te caes en la trampa de la Hormiga León!, todo ello salpicado de memeces como ¡me resbalo!, ¡me caigo!, ¡vaya batacazo! y similares, de solaz general para todos los participantes. Y luego, ya de vuelta, ensayando un nuevo método para arrastrar las sacas por la gusanera (cf. ver más arriba) consistente en pasar la saca anclada al arnés por un cordino algo largo, con el objeto de poder mover las extremidades inferiores con mayor facilidad, seguido de cerca por el siguiente espeleólogo/a que liberará la saca en caso de que se quede enganchada en algún estorbo que a su vez lleva otra saca anclada y así sucesivamente… de forma que si hay n espeleólogos deberá haber n-1 sacas, es decir una menos que espeleólogos. Y más tarde al irnos a visitar una zona a la que se accede por una ratonera que, dependiendo de la habilidad de cada uno, nos agasajará con un premio consistente en "charco en las narices y los morros, con viento para amenizar la mojaduray también al seguir después por un corto ascenso en jirafera que nos llevará a una sala, Bazs Chamber, generosa y goteante (de la que parte una primera ruta de ratoneras-amenazadas-de-derrumbe-general-de-techos que no nos animaremos a seguir y otra ruta que por bonitas gateras escondidas entre formaciones nos llevara a una segunda sala y de seguido por una lagartijera a la que se accederá por el techo nos llevará  a una tercera sala y continuando por una gallinera amenazada por roca guillotinante nos llevará a una cuarta sala de la que por una arañonera con un pasamanos equipado se saldrá hacia una zona desconocida, fuera de topografía, que no visitaremos por el hambre). Y después, mientras volvemos al comienzo de la gusanera y comemos la comida que habíamos trasladado en las sacas, comida consistente en pan con el contenido de una lata de pulpo en aceite seguido de pan con chocolate y algún dátil, esto por mi parte, y por parte de Pablo y Noelia consistente en unas latas de ensalada acompañadas con pan y alguna cosa más, si bien es cierto que Noelia y Pablo habrán devorado en tres (¿?)  ocasiones chocolate y barritas energéticas acompañando la ceremonia de abundantes expresiones de hambre y desfallecimiento y también de ofertas para compartir dicha ceremonia conmigo, lo que parecerá exorcizar  un hambre primigenia que nos  retrotraería a la ansiedad primordial, la cual teoría es, en parte, confirmada  o hecha plausible por las palabras de Noelia "podría ser" o quizás algunas palabras similares. Y más tarde, mientras nos encaminamos, previa vuelta parcial hacia la salida, a una gran sala (Sala sin Nombre "hanging joints in roof" en la topo), a la que se accede por una humanera con bellas decoraciones y unos pozos ramposos, con puentes de roca y recovecos divertidos y juguetones, y en los cuales nos tropezaremos con una discusión de fondo -suscitada aparentemente por la técnica de Noelia en los fraccionamientos- entre Pablo y Noelia acerca de sus respectivos caracteres, que se prolongará -aún a pesar de las bellas helictitas y banderas y cristales del techo de la sala que todos admiraremos- por espacio de más de quince minutos durante todo el recorrido por la sala y la vuelta a la base de los pozos. Y después, durante el retorno a la salida en donde montaremos una sencilla logística consistente en que uno subirá la grieta de salida con el cabo de la cuerda, y extraerá las sacas formando un tren que otro ayudará en su ascenso; y finalmente, durante el descanso en la boca del Torcón, todos sonrientes y rodeados del perfume de millones de flores malva y de las señales dejadas por un día espléndido, evaluando las razones de habernos enterrado y filosofando en diferentes claves acerca de estas actividades que a lo largo de un día de ocio, como se supone que son los sábados y domingos y algunos otros días, hemos realizado los tres. E incluso despues, en el tranquilo descenso, solo roto por el agresivo entusiasmo de los perros de Sel de Souto, y en la corta estancia en el Bar de Germán, para tomar tónicas y zumos que todos nos pelearemos por pagar (¡!), la nota dominante habrá sido:
                 hacer el Ganso.      

15/4/04

El Engorde del Cerdo (15/4/2004) Sima de Benís

   El jueves quince de Abril decidimos ir a la Sima de Benís. Esta sima está en la Sierra de Benís (¡que original bautizo; deberemos felicitar a Salmerón!) a unos diez kilómetros de la desviación de la autovía Albacete-Murcia hacia Jumilla. Es una sierra poco llamativa por su altitud respecto al entorno y tiene zonas de meseta con pinar similares a los Bosques de Alcorón. Ya en los preparativos empezamos a preocuparnos. Vamos tres personas a la sima: Mavil, Marisa y yo. Sin embargo por mucho que lo intentamos salen cuatro sacas y no tres. Además una de las sacas es especial. Contiene un mazo de 150 metros de cuerda de 10 mm mas un grupo de mosquetones. Se necesitan las siguientes cuerdas: 15+25+50+50+50+50+80. Pero tres de 50 se convierten en una única de 150. Bueno, de cualquier forma aceptamos el reto y nos encaminamos a la cercana boca. Hay un pino muy hermoso y la sima sopla como un demonio.
    Aunque yo había estado hace un año y medio en esta cavidad no recordaba las estrecheces que se suceden antes del Pozo del Colmillo. Una de ellas recuerda al paso clave de la Toño. De cualquier forma, para las personas, bajar no es problema pero las sacas ofrecen alguna resistencia y nos vemos obligados a invitarlas a bajar subiéndonos encima de ellas para animarlas. Bueno desde que el mazo de 150 va saliendo todo se ve de otro color. Pozos ramposos, redondeados, con abundantes puentes de roca y muy blancos como en la Cueva del Pozo. Y así llegamos, siempre acompañados por el fuerte chorro de aire que asciende, al pozo de acceso a la Sala del Terremoto donde se nos acaba el mazo y sale la cuerda de 50. Más que una sala se trata del ensanche de una enorme diaclasa llena de bloques -algunos gigantes- y en pendiente. Sobre esos mismos bloques se ha formado una colada cuya prolongación por una estrechez inicia un pozo de unos setenta y pico metros -aquí sale la cuerda de 80- que al expandirse como diaclasa forma la Sala de la Vena. Abajo hay un charquito, algunos motoncitos de huesos de algún mamífero desconocido e incluso -en un resalte colgado- el esqueleto completo de un gato montés o de un pequeño lince. Imposible saber como han llegado hasta allí todos esos bichos. Interesante que la corriente de aire ya no es puntual sino que está diversificada débilmente por varias zonas... misterios. El panel que tenemos delante ahora tiene una acumulación de corales extraordinaria por su tamaño, su textura y su dureza.
    Placidamente iniciamos la subida con calor. En la Sala del Terremoto organizamos la logística de retirada. Marisa sube la primera con una saca que contiene la cuerda de 80 y alguna morralla más. Luego va Mavil y el último yo. Desgraciadamente he asumido el papel de desinstalar e ir ensacando el mazo de 150. Al principio la saca apenas pesa pero, según voy subiendo, la realidad se impone y la saca se va convirtiendo en un Cerdo en pleno Engorde. Cuando llego a La Tripa (galería bautizada así por Salmerón) por fin acabo de ensacar la cuerda y veinte mosquetones: el Cerdo llega a su plenitud. En el Pozo del Colmillo decidimos ascender las sacas por elevador. Luego hay que moverlas por el pasamanos de acceso y por una corta gatera que nos pone bajo la estrechez. A fuerza de blasfemias y tras una batalla campal conseguimos ascender por la estrechez nosotros, las sacas y el Cerdo. Y llegamos al último resalte. Es raro este resalte. Para las personas ofrece pocas dificultades, pero para las sacas es una pesadilla. Resoplando y jurando en arameo conseguimos teletransportar tres sacas y finalmente le toca al Cerdo. Pero el Cerdo se atora y a pesar de tirar entre los dos como condenados no sube. Lo intentamos de tres maneras. Pero se niega. Lo odiamos a muerte. Entonces decidimos destripar al Cerdo.  Tomo el cabo de la cuerda de 150 lo subo y me voy con el hasta la entrada de la sima que esta a unos veinticinco metros. Allí me espera la noche, la lluvia, el frío, la niebla y el vendaval que sale por la sima y que me llena de tierrecilla los ojos. En este acogedor ambiente voy cobrando los 150 metros de cuerda a base de tirones que me dejan baldaos los brazos y los riñones (...pero bueno esto lo hacemos por placer, no te quejes...). Cuando tengo toda la cuerda la voy enrollando y ordenando convirtiéndola en un mazo manejable para, finalmente y tras todo esto, irnos envueltos en la lluvia al coche con cuidado de no perdernos. Viva la espeleo. 
    Sima de Benís maravillosa.

10/4/04

Medianoche es la verdadera Luz (8-9-10/4/2004) Simas de la Higuera y Destapada

El primer día, gris y lloviznoso, quedamos en el arranque de la carretera de Mula a Pliego. Vamos a la Sima de la Higuera. Los coches se dejan junto al cementerio de Pliego. En mi coche: Marisa, Mavil y Perico. En el coche de César: Moisés y Luis. El acercamiento hacia la sima es corto, suave, primero entre melocotoneros y después entre pinos. Mavil ha llamado con antelación a Pedro, del grupo de Pliego, y el candado de la verja de la Sima está abierto. Instalo yo. El pozo es cómodo; hay parabolts y siempre está instalado con chapas de acero inoxidable; las raíces de la higuera me acompañan al menos treinta metros hacia abajo (son de un tamaño tal que permitirían ascender utilizándolas de único agarre).  De pronto no hay chapas en la instalación. Nos parece extraño. Como no hemos traído chapas decidimos salir de la sima, buscar a Pedro en su casa de Pliego y pedirle sus chapas. En caso de que no tenga éxito esta gestión iremos a coger material a casa de Mavil, en Molina. Pedro no esta en su casa pero lo localizamos por el móvil. Le extraña que no esté la instalación completa pues siempre es así y lo comprobó hace una semana. Sin embargo han estado haciendo unas prácticas de rescate hace unos días y han equipado con más parabolts la sima y al recoger se han llevado lo que pusieron y algo de lo que estaba puesto permanentemente. Bien, Pedro nos deja unas cuantas chapas y con una reinstalación de lo que ya está puesto consigo bajar hasta que surge otro problema: faltan diez metros de cuerda para llegar abajo Con una única cuerda de 85 no es suficiente. Bueno esta vez le toca a Perico -que va el último-, salir de la sima en solitario, ir al coche, coger una cuerda, volver a subir hasta la boca y bajar hasta donde estamos. Así pues conseguimos aterrizar en la base de los pozos a las dos y media. Comemos. Y nos ponemos a ver, para algunos es la octava vez,  las maravillas de esta cueva: paso Gema, Sala de la Bañera (lago transparente), Sala del Paraíso, Cuatro Caminos, Pastelería, Sala Pedro...muchas fotos y mucha admiración. A las ocho y media estamos saliendo, el tiempo sigue lloviznoso, Pedro nos está esperando e intercambiamos historias de vida, información varia, proyectos e invitaciones. Ya es de noche y cada mochuelo vuelve a su olivo. El olivo de Cesar, Elena, Moisés, Ester y Luis era el Refugio de Espeleólogos de Cieza pero debido a la suciedad e incomodidades se cambiaron a otro olivo: casa rural en el campo de Cieza.

El segundo día, gris y lluvioso, pensamos ir de excursión por la costa pero debido al mal tiempo hacemos un circuito turístico muy completo: El Portús, Cabo Tiñoso, Cueva del Agua de Isla Plana, Aledo (pueblo medieval), Murcia (Trapería, Casino, Catedral, Belluga, Glorieta, Puente Viejo, Floridablanca, Puente Nuevo, Procesión del Silencio; malestar) y Tasca del Palomo.

El tercer día, gris y lluvioso, Cesar, Moisés, Luis y yo decidimos ir a la Sima Destapada. La noche anterior no estaba claro todavía donde íbamos a ir -cuestión de dolores, cansancio y lejanías- pero he preparado minuciosamente la logística: cuerdas, sacas, líquidos y acopios. Llueve durante el viaje. Hace frío. Mientras comenzamos los preparativos amaina. Así pues, podemos entrar por la reducida boca de la Destapada cómodamente. Instalo los estrechos pozos de entrada hasta el primer nivel. Allí nos reorganizamos y proseguimos hasta el pozo de acceso al Callejón de las Flores y la Sala Cartagena. Lo instalo y hacemos una visita a esta bella zona. De vuelta retomamos la ruta hacia la cabecera del Pozo Coke. Allí almorzamos. Cesar instala el pozo seguido de cerca por mí que le voy dando alguna indicación. Pasadas las gateras entre el Coke y el Salva vuelvo a retomar la instalación. Consumo la cuerda de 50 que nos ha prestado Mavil y le pido a Moisés la cuerda de 80 para seguir. Hay cierta tensión. Debido a ello Moisés continúa instalando con tan mala suerte que durante un largo rato busca y no encuentra un fraccionamiento esencial para la instalación; hasta que habiendo decidido abandonar y habiéndole recomendado que vaya mirando bien en su ascenso por fin encuentra el químico de acero inoxidable. Así pues sigue bajando y dejo pasar a Luis y a Cesar pues yo estoy en una buena repisa. Sin embargo cuando llego al siguiente fraccionamiento Cesar, que está diez metros más abajo me dice que la cuerda tiene un roce horrible y que el no baja. Al lado hay un fraccionamiento pero ya no se puede utilizar  porque la cuerda va justa. Decido subirme también. Compruebo que si estas en reposo dejas de sudar a pesar del calor y de la humedad. Es menos fiero el león de lo que lo pintan. En la repisa entre el Coke y el Salva esperamos a Moisés y a Luis quien a la postre es el único que ha bajado al lago de la Destapada. Seguimos todos para arriba, con calma en general. Salgo desinstalando los últimos pozos y me maravillo de la belleza de la Bahía de Mazarrón al anochecer con todas las lucecitas, las nubes azuladas y nítidas y el ambiente fresco y verde que ha dejado el día. Cada mochuelo vuelve a su olivo.

Medianoche es la verdadera Luz.

3/4/04

Inimaginable (3/4/2004)

   De nuevo en la Red del Gándara, pero esta vez con Juan Colina, Elena, Carmen, Javier, Moises y Luis, todos del SCC. El día está tranquilo y soleado. Poco a poco vamos adentrándonos en la cueva desde la cutre entrada desobstruida, pero esta vez nos desviamos por todas las galerías que se nos ocurren. Entre otras cosas llamativas encontramos antes de la zona de gateras una galería amplia, muy atractiva,  llena de formaciones. Cuando el grupo va conociendo la Red la opinión inicial de que se trata de una cueva de cursillo se va desmoronando. Las gateras son fáciles pero cansadas y el pozo tiene riesgo de caída de piedras y además los fraccionamientos no son estándar para un cursillo. De una manera u otra vamos acercándonos a la Sala de la Cascada salpicando el recorrido de paradas para hacer fotos, uno de los objetivos del día. La Sala de la Cascada esta llena de neblina y los focos no nos sirven para ver lo que nos rodea; sin embargo dispersandonos por la Sala e iluminando con los focos si que nos damos cuenta de sus verdaderas dimensiones. Asi descubrimos una de las fotos más interesantes de todas las que se hicieron: iluminar simultaneamente con todos los focos la Cascada y flashearla desde lejos... ya veremos lo que sale. El grupo llega en goteo a las excéntricas y tras un vistazo inicial se decide comer un poco más allá -en la galería fósil- donde el viento y la humedad se notan mucho menos. 
    La excéntrica "regular" es la estrella del grupo de excéntricas tanto por su aislamiento de las restantes, como por ser la primera que te tropiezas, como por ser la única de su tipo en un grupo que ya es bastante único en sí mismo. Es decir es una rareza dentro de algo muy raro. Inimaginable. Se trata de una formación de un grosor algo mayor que los típicos macarrones que se inicia en el techo como una vulgar estalactita. Pero cuando lleva recorridos unos 10 centímetros hacia abajo cambia de dirección bruscamente formando ahora un tramo rectilíneo y horizontal de otros 10 centímetros. Y a continuación viene otro tramo vertical, típico de estalactita, de otros diez centímetros y así se siguen alternando tramos horizontales y verticales; en total creo que son cinco horizontales y cinco verticales. Esta "regularidad",  que contradice la denominación de excéntrica, con ser  extraordinaria tendría mayor sentido si las concrecciones que rodean a esta fueran similares, pero es única en su grupo; desde luego hay tramos horizontales en otras del grupo pero nada que ver con una sucesión regular como ésta. Si el viento reinante fuera el responsable de su formación los tramos horizontales indican que el viento se para de golpe durante miles (?) de años y luego se pone a soplar otra vez de golpe durante miles (?) de años. Sin embargo si solo fuera el viento deberíamos observar pautas similares en otras excéntricas del grupo. Hay, además un problema con el viento y es su falta de constancia tanto en intensidad como en dirección e incluso en sentido ya que depende del contraste entre las condiciones climáticas entre el exterior y el interior de la cavidad. Como en casi todas las cavidades de la zona los días de frío intenso se invierten las direcciones de los soplos. Además la cascada con su flujo cambiante contribuye a la irregularidad del soplo en la zona ya que el grupo de excéntricas está justo detrás de la cascada a unos 10 metros de la caida de agua. La mayoría de las formaciones excéntricas del grupo exhibe una típica irregularidad en su dirección de crecimiento aunque muestran una dirección dominante en la que estan "peinadas". Parecen "más normales". Pero esta excéntrica "regular" es de una anormalidad increíble. Se merece una tesis doctoral. Si solamente tuviera que explicar esa excéntrica de forma aislada se me ocurre, como primera hipótesis, las últimas glaciaciones para explicar las alternancias. Una época en que la zona del Asón estuviera cubierta de glaciares se correspondería con un sellado de la cavidad y con ausencia total de viento mientras que un periodo interglaciar podría corresponderse con un flujo de viento cuya dirección media ofrece poca dispersión y por tanto podría facilitar el crecimiento rectilíneo horizontal.  Sin embargo a esta hipótesis se le pueden hacer multitud de críticas y tiene muchas dificultades que superar...
   Durante la comida nos damos cuenta de que la baga de carburo no está en ninguna saca. Nadie se ha ocupado de meter la pesada baga. La irresponsabilidad generalizada y amparada en el grupo. Bien, algunos carbureros estan empezando a fallar. Decidimos que, mientras Juan, Javier, Carmen y Elena se quedan en las excéntricas haciendo fotos, Mois y Luis  irán conmigo a buscar una baga que se quedo olvidada al final de la galería fósil hace unos meses. Cuando llegamos a la zona, tras unos veinte minutos de azarosa marcha, la peinamos pero no encontramos la dichosa baga. Ha desaparecido. Decidimos continuar hacia el vivac de los franceses y coger prestado un poco de carburo. Diez minutos despues aterrizamos en el bonito y vivac donde al fin conseguimos carburo. De vuelta a toda pastilla alcanzamos en la base de los pozos al resto del grupo. Allí nos tiramos unas dos horas y pico hasta que subimos todos. Y gracilmente recorremos a la inversa las galerías de la Red hasta que asomamos, todos y todas, por la boca de la cueva, hora local ocho y media, todavía es de día y el tiempo magnífico.
              Cueva Recomendada