10/12/05

Triste Lobeto (10/12/2005) Mina Lobeto



Para el sábado 10 de diciembre del 2005 sugerí a Moisés que fuéramos a la Cueva de Mina Lobeto. Nos juntamos Julio, Moisés&Susana y yo. Flirtearon con la idea de unírsenos Alberto -desde Potes-, Amelia -que ya había intentado ir conmigo a la Mina Lobeto- y Manu que estaba con un catarrazo. En Monpía nos montamos en dos coches y en el desvío de Comillas seguimos en uno solo. La cueva esta cerca de Puente Arrudo. Justo cuando estábamos llegando llamo Alberto que acababa de despertarse. Demasiado precipitado para el. De todas formas Julio nos arrastro hasta un bar en Roiz para tomar café.  



Aparcamos en un ensanche, que hay justo en la desviación a Otero, de la carretera PuenteArrudo-Cabanzón. Se toma una buena pista, la única que parte de ese lugar, y se sigue hasta una tejabana que esta, en parte, cubierta de tierra. Siguiendo por la pista se atraviesa un arroyo  y se sube una cuesta hasta una bifurcación. Continuaremos por la izquierda, que es valle adentro. La pista atraviesa un eucaliptal y deja un desvío a la derecha, poco más allá del cual se llega a una curva que atraviesa el fondo del valle y desde donde veremos unos depósitos de agua a la izquierda. Tomamos, a la derecha, la vaguada semejante a una jungla y avanzando unos cincuenta metros encontraremos la entrada de la Mina Lobeto. En total se tardarán entre 20 y 30 minutos. 
            La galería minera de entrada se transita sin dificultades hasta un punto en que aparece un amplia gatera a la izquierda frente a otra galería a mano derecha. Introduciéndonos por la gatera se alcanza una galería natural ya en la Cueva de Mina Lobeto. Bajando por esta galería enseguida desembocamos en un cómodo meandro activo. Lo remontamos aguas arriba. Vamos observando ensanches y una zona superior fósil que tomamos de forma alternativa para avanzar. En ciertos tramos es obligado ir por arriba para no mojarse o para evitar zonas sifonadas. Durante un tramo la zona fósil se convierte en un laminador. Así alcanzamos un cul d’sac en donde el agua se embalsa y no hay continuación aparente. Buscamos por todos lados las formaciones verdes y azules de las que me habían hablado pero no las encontramos. Solo en algunas zonas se observa alguna chorrera verde pero nada especial. Creo que nos han engañado o que no hemos dado con lo que buscábamos. 


            De vuelta vamos mirando todos los rincones y las bifurcaciones. Una de ellas nos conduce a una galería activa en que se pueden observar ramas y troncos cada vez más abundantes. Cinco minutos después desembocamos en la base de una  sima que da al exterior y por el que penetra un torrente y la luz del bosque. Hay varios murciélagos hibernando por esta zona. Volvemos a la galería principal y nos paramos a comer un poco. El comentario llueve. No hemos encontrado las formaciones espectaculares que esperábamos.

 
           Poco antes de llegar a la galería de salida encontramos en el suelo del meandro un filón en que hay gruesos cristales maclados entre sí. Nos recuerdan las rosas del desierto. Río abajo decidimos visitar el tramo inferior del meandro. Se trata de una zona en que cada vez hay más aguas embalsadas y mas barro en las paredes hasta que la necesidad de meterse entero en el agua nos hace retroceder. Esta claro que se trata de un sifón de una resurgencia que hemos visto en el exterior. En las galerías mineras echamos un vistazo a lo que es transitable. La zona por la que continúa la mina hacia el interior tiene un charco profundo que cubre por encima de la caña de las botas de pocero. Nadie quiere mojarse.


            Salimos temprano y en un momento estamos en el coche. Todos tenemos planes para esta tarde. Espeleo light pero divertida.