Fotos: Guillermo
Texto: Ant On Ío
Hace poco nos dimos cuenta de que en estos últimos años el corazón del Sistema de los Cuatro Valles ha pasado de ser una zona muy complicada de alcanzar a estar al alcance de la mano de una jornada espeleológica con tan solo algunos incómodos pasos. Con "el corazón" me refiero a las salas llamadas Armageddon y Rocky Horror (en inglés el original). Esos nombres reflejan bien el terrible carácter de esas enormes salas, llenas de bloques barrosos y deslizantes de tamaños variados pero en general enormes como una casa. Para llegar a Armageddon era necesario pasar una larga zona acuática que comienza algo más allá del Astradome. Para llegar a Rocky Horror había que atravesar Armageddon. Por el Carcavuezo también hay una ruta algo complicada hasta Rocky Horror. Las dos entradas de Torca Decepción eran conocidas desde hace más de una década, al menos una de ellas (site 0252). Pero el hecho es que el lanzamiento de las exploraciones ha sido tras la desobstrucción hace unos tres años del site 4732 y del acceso a los pozos Slam. La conexión con Armageddon y Shrimp Bone Inlet se produjo poco después quedando así abierta la posibilidad, con algo de ganas, de visitar "el corazón".
En las últimos meses buscábamos un objetivo motivante para las salidas de espeleo que no requiriese grandes movidas y fuese apto para equipos de dos o tres espeleos. Y tanto a Guillermo como a mí, que tenemos una fijación con el Sistema de los Cuatro Valles desde hace más de veinte años, nos llamó la atención la nueva Torca Decepción (nueva para nosotros claro) al mirar la web de Matienzo Caves. Hace un par de semanas pensamos ir pero las circunstancias no cuadraron. El domingo 22 de junio, día gris pero sin lluvia, pudimos quedar en Fuente Las Varas. Bajamos, con un sólo coche ya, hasta donde se toma la pista de acceso, junto a una casa, El paisano nos dejo aparcar y nos dio algunas recomendaciones como, por ejemplo, que los pastores eléctricos estaban activados.
Las galerías de entrada son como una casa de hobbits, coqueta, plana, con bloques apiladitos de forma artística, todo muy guapo, pero los techos algo bajos. Enseguida se llega a la cabecera del Pozo Small Slam. Estrecho e incómodo con muchas fijaciones pero algo confusa la instalación. Con tranquilidad fui instalando, el pozo de 27 muy bonito y finalmente un resalte de cuatro metros. Luego se sigue por un meandro con rocas muy cortantes hasta una salita con un gran charco a la izquierda. Allí empieza el Super Duck. Un cartel con un pato guasón nos da la bienvenida.
Después de mirar el paso un poco, y recordando que daban lluvias para por la tarde decidimos no instalar el segundo pozo, no ir con las sacas, sólo hacer una visita rápida de reconocimiento y volver. El Super Duck no es un laminador gatera demasiado difícil, mayormente es fácil, pero es largo, con varias etapas y además no puedes evitar mojarte. Si entra en carga puedes tener problemas para salir. En el trayecto hay grandes ensanches, pequeñas desviaciones y chimeneas que van hacia no se sabe donde. Finalmente se baja un resalte y aparece la alargada grieta en que forma el pozo en una salita.
De vuelta al comienzo del laminador nos volvimos a poner el equipo vertical y comenzamos el ascenso. Subió primero Guillermo con la saca de la segunda cuerda y luego yo desinstalando. La parte final, estrecha, se nos hizo algo penosa. Pero con paciencia y movimientos calculados se sube.
El
ambiente en el exterior era caluroso y muy húmedo, había llovido algo. Vestidos
de personas nos acercamos al bar de Germán por ver si nos daban de comer.
Tuvimos suerte y no pusieron ninguna pega. Los menús domingueros de casa German
se han convertido en algo tremendo. Arriba en Fuente las Varas la niebla era
cerrada. Mientras conducía iba pensando en acumular ganas para volver a la
Torca Decepción y visitar esos lugares tan míticos....