10/9/17

Actores (Ejecutivos sin Tiempo)



José Almansa, Rocío y David Dadis

Primera parte (Málaga)

Durante la última quincena de agosto pasé con mi familia unos días en Málaga. Teníamos una hermosa casa en la costa, a las fueras, a unos cinco kilómetros del centro. Aparte de ir a la playa todos los días, fuimos varias veces al centro de Málaga y realizamos algunas excursiones por los pueblos cercanos. Un día, estábamos paseando por el centro, me sorprendió la actuación, performance o estatua, que representaban dos chicos jóvenes. Se trataba de dos ejecutivos a pleno rendimiento, ambos con sus trajes y zapatos de marca, sus móviles en la oreja, su maletín de ordenador el uno y su maleta Pepe Jeans el otro; en fin una puesta en escena magistral. Pero lo mejor era la fuerte crítica social que transmitían con su actuación. Algo que irritaba a más de uno, al sentirse tocado por esa imagen, pero que fascinaba a la inmensa mayoría.
Esos actores se me habían colado en la retina. Unas horas después seguía pensando en ellos. Y al día siguiente también. Llegué a la conclusión de que eran perfectos para una sesión de fotos en una cueva. No había sabido verlo en el primer momento. Como opción inicial se me ocurrió hacerles la foto en la Cueva de Nerja. Antes de ir a buscarles llamé a información y me dijeron que mandase un email al encargado de Conservación de la Fundación Cueva de Nerja para solicitar un permiso. Di por hecho que no me iban a poner problemas para hacer las fotos.
Dos días después me acerqué, era por la mañana, al centro de Málaga para hablar con ellos y proponerles una sesión. A pesar de dar mil vueltas por la hermosa zona monumental de Málaga -y de preguntar a otros actores callejeros acerca de ellos- no di con los actores por ningún lado. Me sentí desanimado ya que nos quedaban sólo dos días de estancia en Málaga. Además era finales de agosto y, según mi punto de vista, resultaba muy probable que hubiesen cambiado de aires. Navegando por la red Marisa dio con ellos: DadisyAlmansa se llamaban a sí mismos. Aparte de ser de Almería solo pude localizar sus páginas en Twitter y Facebook. Pero allí no había ningún número de móvil, ni tampoco email. Dado que mi hijo posee cuentas en las redes sociales le pedí que entrase en contacto con ellos para pedirles su número telefónico.
 Con el conservador de la Fundación Cueva de Nerja tuve un intercambio de emails ejemplar en cuanto a comportamiento clientelista en esta España de taifas/autonomías/ayuntamientos/fundaciones/otros. Sin embargo una breve investigación me mostró varias alternativas interesantes muy cercanas a Málaga. Entre otras la Cueva del Tesoro en el Rincón de la Victoria, importante población a unos diez kilómetros al este de Málaga. El lunes veintiocho de agosto por la tarde nos acercamos a ver la Cueva del Tesoro. Se trata de una cueva hipogénica formada por las aguas marinas y emergida posteriormente al bajar el nivel del mar. Las formas redondeadas y llenas de recovecos, típicas de las cuevas hipogénicas, producían una impresión de misterio difícil de igualar en otros tipos de cavidad. Lo que añadido a su amplitud, la buena urbanización del los caminos interiores y la suave iluminación la hacía perfecta para la foto. Pero no había conseguido contactar con David Dadis, ni tampoco con José Almansa. Yo les hacía en Almería.   

Segunda parte (Sorbas)

            En el entreacto había trasladado mi persona y enseres a Murcia. Parte del tiempo con la familia y parte en la costa. Las gestiones de mi hijo a través de Twitter habían seguido su curso. Finalmente tuve el teléfono de David Dadis. Le mandé un whatsApp y poco después hablé con él. Seguían en Málaga pero estaba en el aire que viniesen a Almería para realizar alguna actuación el fin de semana del nueve/diez de septiembre. Quedamos en confirmarlo sobre el día cinco. Por otra parte contacté con la oficina de información de la Cueva de Sorbas y pude hablar con el responsable de visitas. Aunque, usualmente, no dejen hacer fotos cuando le expliqué nuestro proyecto y sus objetivos no tuvo ningún inconveniente en apoyarnos. Además de dejarnos hacer las fotos nos pondrían un guía para acompañarnos a los puntos de realización de las tomas. Quedamos en confirmar fecha y hora cuando supiera la agenda de DadisyAlmansa. Y, por fin, tuve la satisfacción de confirmar una cita para hacer la foto con ellos el domingo diez de septiembre a las cinco en la Cueva de Sorbas.
Desde la zona de Murcia en la que habitaba hasta Sorbas el navegador daba una hora y media más o menos. Teniendo en cuenta que, antes de realizar la foto, me interesaba ver las localizaciones y de que deseaba hablar antes con la gente que lleva las visitas decidí irme pronto. El domingo a media mañana, utilizando la E15 hasta Vera y luego la A7, me acerqué a las Cuevas de Sorbas. En realidad en el karst de yesos de Sorbas hay muchas cuevas. La que convenía usar para realizar la foto, considerando la cantidad de trastos que teníamos que llevar, era la que llaman Cueva del Yeso (o del Barranco del Infierno) y en ésta la ruta básica. No me hizo falta visitar personalmente las localizaciones. Había varias topografías excelentes y libros de fotos donde se podía evaluar el interés de cada localización. Después de mirar con cuidado todos esos detalles comí en la terraza del restaurante que hay allí mismo. Y luego hice algo de tiempo leyendo.
A las cinco estaban en Sorbas DadisyAlmansa. Se habían pasado un kilómetro de la desviación a la entrada de las cuevas pero enseguida dieron con ello. Nuestra guía, de nombre Rocío, era una chica encantadora que nos facilitó gorros y cascos con iluminación de leds a los tres. Metimos los trajes en una funda de plástico y repartimos bultos. La maleta Pepe Jeans la llevaría David, los trajes José, la saca de flashes y trípodes Rocío y yo la mochila de cámaras. Aunque le ofrecí a Rocío llevar la saca pesada ella me dijo que estaba acostumbrada a llevar sacas en cañones y cuevas. Además era escaladora. En fin, una chica a la que le gustan los deportes de aventura y enfrentarse a las dificultades.
Un breve paseo nos llevó a la entrada de la Cueva del Yeso. Hasta la boca se recorre un curso de agua estacional embarrancado; es decir la boca es una surgencia. La ruta básica consiste en un recorrido a lo largo del curso de agua subterráneo que en época estival esta seco por completo. Llaman la atención los enormes cristales de yeso que brillan por doquier en las paredes. Caminando erguidos, salvo un breve tramo en que se gatea, en unos quince minutos accedimos a una interesante sala, creo que la llaman la Sala del Estrato, que me pareció adecuada. Aunque también me habían gustado las galerías de tránsito y una sala un poco antes. La dificultad en esta sala era encontrar un sitio plano con suficiente amplitud para la puesta en escena. Y también eliminar, de la imagen final, las ramas empotradas por el río en algunas zonas laterales.
Encontré una posición para las tomas retirándome un poco hacia el fondo. Podía controlar la posición de los actores, en el tercio izquierdo o en el tercio derecho del encuadre, según me interesase. Se veían bien el techo plano y la paredes cuajadas de gordos cristales de yeso. Hice unas pruebas de iluminación con Rocío y enseguida empecé la sesión en sí. En una hora había tomado suficientes fotos como para tener material de sobra. Recoger nos costo muy poco tiempo.
La charla entre Rocío, David y José fue un gran ejemplo de lo que viven los jóvenes españoles para salir adelante. Me parece bastante heroico el enfoque vital que sobrellevan. Hemos desembocado en un mundo de inseguridades vitales pero hay algunos que agarran el toro por los cuernos. En realidad siempre ha sido un poco así. David Dadis me contó que, aunque ha estado en muchas capitales europeas -incluidas Londres, Berlín, Madrid y Barcelona-, en donde mejor les han tratado autoridades y público es en Málaga. También que ha ido puliendo su personaje, el ejecutivo, teniendo que recortar algunos elementos excesivamente provocativos. Más tarde añadió a José Almansa lo que le dio una fuerza mayor a la puesta en escena. José Almansa me contó que, aunque tiene ancestros en Sorbas, nunca había oído hablar ni había visto la cueva. Cosas del destino.
Durante la vuelta a Murcia asistí a un hermoso atardecer. Las cosas habían salido extraordinariamente bien después de todo el lío. Y había tenido la suerte de conocer a unas personas maravillosas. ¿Qué más le podía pedir al día?  


En la Sala del Estrato

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