20/5/06

Pasaje Oculto (20/5/2006) Mostajo

               Hay muchos cabos sueltos. Muchas incógnitas que resolver. Un paquete de misterios bien envueltos. Nunca nos dará tiempo a conocerlo todo. Y nunca podré satisfacer en el tiempo de vida la infinita curiosidad que me consume. Sin embargo uno de mis interrogantes, al menos, ha quedado resuelto, de forma simple, este último sábado 20/Mayo/2006.
                El viernes por la noche me reuní con un nutrido grupo de miembros del club SCC de los que algunos hacen espeleo a veces. Pero Moisés, el esperado, no pudo venir a la reunión. Se suponía que había organizado una salida a la Fresca con más de diez participantes. No había cobertura para hacer una salida. Y pesaba el cansancio, o falta de fuelle, característico del viernes tarde. Vi a Noelia y Pablo que se marchaban a Picos y también vi a Elena que estrena plaza de Pediatra en Mérida. Julio se vino conmigo a beber cerveza y a picar algo en el Gambrinus. Al cabo de un rato llego un Moisés cansado que no nos sugirió demasiado. Me fui a casa y poco después me llamó Julio. Iríamos a la Torca de Papá Noel quedando a las nueve y media en Solares.  Y también vendrían Marta, Eduardo y Rafael (y Julio y Moisés).
                Me costó más que nunca preparar los trastos de espeleo. Los preparé por la mañana y a toda prisa. Aún así llegué pronto a la cita. Julio quería tomar café. Nos fuimos hacia la pastelería cercana a la estación. Mientras Julio tomaba su café me compré el periódico ABC. Ignoro si mentira tanto como El País o El Mundo pero su castellano es de mejor calidad y su suplemento sobre arte me inspira algo. Moisés nos encontró en plan mañana de festivo. Venía con Marta.
Me pasé al coche de Moisés. Y hablamos de cuevas y de no se que más. Cuando ya estábamos cerca de Matienzo se me ocurrió que podíamos visitar los niveles más profundos de la Torca del Mostajo. Una asignatura pendiente desde hace, al menos, 8 años, con fama de albergar bonitas formaciones e incluso una sala llamada de las Maravillas. Calculamos que con varios retales tendríamos para instalar sin problemas los pozos de entrada y el pozo de 40 con la cuerda de 60. Moisés le pregunto a Marta que qué le parecía pero ya estaba convencido de las ventajas del nuevo plan.
Unos minutos después estábamos al lado del Mostajo y mientras el grueso del personal acababa de prepararse ayudado por Moisés, me acerqué a instalar los pozos de entrada. Para facilitar la tarea metí la línea por la rampa de la derecha. Tuve que volver a salir desde el segundo fraccionamiento para cambiar un retal largo, que no llegaba hasta abajo, por otro mas corto y enlazar en el fraccionamiento el corto con el largo. Utilicé el tercer retal para el resalte de abajo, aterricé y me senté a comer manzanas. Marta, Rafael y Eduardo se vinieron para adentro para evitar aglomeraciones en las gateras y las cuerdas.
Cuando llegábamos a la ventana de acceso al pozo de 40 nos alcanzaron Moisés y Julio. En un momento dejamos instalada la cabecera e inicié el descenso que solo tiene un desviador a un metro del comienzo. Me fijé bien en todos los recovecos del pozo no fuera a ser que la continuación estuviese en alguna ventana y no como había creído siempre: abajo del todo. Pero el pozo es un tubo que conduce únicamente a su fondo. Me di una vuelta por los rincones de la base sin encontrar continuaciones y cuando estuvieron abajo los hermanos nos fuimos a echar un vistazo por los alrededores. La situación había cambiado. Ahora los senderos están balizados con hitos y alguna flecha. Guillermo y yo estuvimos perdidos por esta zona un buen rato hace muchos años. Me fije en que había una alternativa a la continuación obvia, que yo tomé las otras veces que estuve allí, por una galería coqueta y modesta medio oculta en un rincón. La seguimos un rato hasta desembocar en una sala con abundantes alternativas. Volvimos rápidos hasta la base del pozo para reagruparnos y avanzamos de nuevo hasta esa sala donde comimos.
Llevábamos un sobre de papelillos catadióptricos y como parecía algo laberíntica la zona estábamos dispuestos a utilizarlos. Siguiendo por la zona que parecía mas trillada y obvia una senda a través de salas, laminadores y galerías variadas fuimos a desembocar al borde de un pozo con paredes de grava y arena imposible de bajar sin material. Estuvimos repasando las galerías de alrededor y encontramos algunas zonas muy interesantes pero nada especial en cuanto a formaciones. Moisés estuvo a punto de deslizarse sin control por una rampa arenosa. Ya de vuelta nos fuimos metiendo por varias ramificaciones hasta encontrar una que desembocaba en una sala amplia. La sala daba acceso a una galería con aspecto de río fósil y Moisés fue a echar un vistazo. Al cabo de cinco minutos nos informó que había una zona bonita con formaciones.
A todos nos gusto esa zona. Suelo, paredes y techo exhibiendo formaciones en abundancia e incluso con algún grupo de excéntricas. Pero a pesar de todas las vueltas que dimos no encontramos la Sala de las Maravillas. Sabemos que esta por allí cerca, pero no la encontramos. Esta bien que sea difícil de encontrar para que se conserve. Ya de vuelta me pareció verdaderamente corto el trayecto hasta el pozo. Moisés subió el primero y tardo nada. Luego fui yo que tarde algo más. Y luego Marta, Rafael, Eduardo y Julio. Mientras subían me dedique a dormitar al otro lado de la galería. Y mientras desinstalaban me marche con Rafael y Marta hacia las gateras de salida para evitar  embotellamientos. Nos volvimos a ver en la zona del pasamanos. Para el pozo de salida empezó Marta la primera, seguida de mi, pero en la rampa de piedras me adelante a ella. Tuve que darle instrucciones un par de veces y realmente le costo algún trabajo salir por los fraccionamientos. Un poco más de tiempo y le cogerá el truco.
Llovía. Mientras salían todos me refugie en un recoveco del borde de la torca para no mojarme.  Me imitaron Marta, Rafael y Moisés. Cuando bajo Julio hasta los coches salí rápido de mi refugio, baje corriendo  y, hábilmente, conseguí no mojarme apenas mientras me cambiaba.  Luego nos fuimos a tomar unas cervezas al bar de Germán en Matienzo. No se trato mucho de proyectos ni de planes. Solo charla informal, miradas a la televisión y al personal de alrededor. Tarde de sábado en bar de pueblo.

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