21/3/08

Seven (21/3/2008) Minas de Colon


El viernes Santo quede con Joaquín en Alguazas para ir de visita a las Minas de Colon. Nadie más quiso -o pudo- acompañarnos. En concreto Mavil se había ido a una de sus exploraciones solitarias en el Sistema de Los Chorros de Río Mundo. Nuestra intención era visitar a fondo la bocamina que parte de la plataforma principal, unos 20 metros por encima de lo que estuvimos mirando la última vez. En esa bocamina entro Onofre en solitario mientras todos los demás nos tirábamos por el pozo de otra bocamina. Onofre entró poco -hasta el primer pozo minero creo-. Nuestro objetivo era el mismo que en las ocasiones anteriores: descubrir cavidades naturales y llegar al nivel freático. Nos llevo bien poco, por la nueva autovía, llegar a Mazarrón y volver hacia el este hasta La Azohía.
Como esperábamos tener que bajar pozos mineros porteamos varias cuerdas estáticas -algunas de 50 metros- y material de instalación; sin ir como mulas pero si bastante cargados. No dimos vueltas y fuimos al grano. En unos minutos nos preparamos y lo que decidimos no llevar lo dejamos en la galería de entrada metido en una saca. Todo lo demás fue para dentro; cada uno una saca con comida, agua y el material repartido. 
Al poco de iniciarse la galería nos encontramos con otra que se le unió por la derecha (más tarde constatamos que se trataba de una galería procedente de una entrada muy cercana)  A unos 300 metros de la entrada a la izquierda nos encontramos un pozo minero que sondeamos en 20 metros. Tras un buen trecho, en que encontramos varias construcciones bien conservadas, llegamos a un ensanche con un gran pozo minero que sondeamos en unos 50 metros. Antes de empezar con la instalación del pozo grande decidimos dar un buen repaso a ese nivel (lo llamare nivel 0 en adelante y numeraré hacia abajo los demás niveles) a ver que encontrábamos. Algo me hacía sospechar que las escaleras corrientes debían ser el medio usual de cambiar de nivel para los mineros. Después de dar un montón de vueltas y de mirar varias galerías volvimos a la zona del pozo grande y continuamos la galería principal. Durante todo este tiempo comprobamos que había corrientes de aire muy fuertes en muchos puntos. Al avanzar un poco más nos llevamos la agradable sorpresa de descubrir a mano derecha el comienzo de unas escaleras perfectamente construidas que comenzaban en el nivel 0. Sin pensarlo ni un segundo decidimos bajar por ahí.

Tras un buen montón de escalones y revueltas accedimos al nivel 1. Justo al comienzo encontramos en un rincón una colonia de murciélagos gris clarito. Estaban apiñados y su sueño no era profundo. Algunos empezaron a revolotear. Habría como mínimo 20. Por el nivel 1 avanzamos un buen trecho encontrándonos una cinta magnética de un videocasete como hilo para no perderse. Nos vino bien pues todo era muy similar y empezaban a abundar las ramificaciones iguales a sí mismas. En este nivel 1 estuvimos mucho rato andando por todos lados pero no llegamos a verlo todo. Finalmente encontramos otras escaleras descendentes.
Así llegamos al nivel 2, de forma cómoda, en el que nada más entrar vimos un misterioso conejito muerto, no hace mucho, en mitad de la galería. Yendo hacia el oeste por la galería del conejito muerto nos asomamos a una ventana de un enorme pozo minero (sospechamos que era el de 50). Luego dimos montones de vueltas por este nivel 2 en el que no nos perdimos gracias a los hitos, a la cinta magnética y a estar atentos. Finalmente encontramos otras escaleras que descendían cómodamente hacia las profundidades.

De esa forma alcanzamos un nivel 3 con una galería especialmente bien trazada que conducía directamente a la base del pozo minero de 50. De esa galería partían -siempre a la misma mano- muchas galerías cortas hacia ventanas sobre una inmensa sala o zona de laboreo (por lo menos 100x50). Los restos de raíles y vagonetas eran evidentes en el suelo. En este punto nos paramos a comer. Por los nichos de la galería había clavos, candiles y en algunos puntos encontramos otros objetos antiguos. Por uno de las galerías laterales conseguimos alcanzar una explanada y unas escaleras hacia un nivel Inferior.
Creo recordar que el nivel 4 era muy grande. Había cinta magnética para no perderse y deambulamos por muchas galerías. En una de ellas encontramos sobre suelo el micelio de un hongo cubriendo una superficie de 5x2 metros. Parecía la red de capilares de un animal. Seguramente a estas alturas llevábamos andados unos 5 kilómetros por lo menos. Puede que lo haya magnificado por lo extraño del sitio. Nos llamó la atención una enorme rampa minera en el que debió estar montado un funicular. Con cuidado comenzamos el descenso de la rampa. No sé que desnivel bajaríamos pero probablemente sobrepasó los 50 metros. En la bajada dejamos a mano izquierda el acceso a dos niveles diferentes -5 y 6- y finalmente llegamos a un fondo sin salida: el nivel 7. Volvimos sobre nuestros pasos, ascendiendo, para visitar los niveles 5 y 6.
En el nivel 6 comenzaba una larguísima galería muy bien trazada con algunas ramificaciones menos importantes. El calor y la humedad fue aumentando al avanzar hacia el oeste hasta un punto en que se llego a percibir neblina. Ya llegando al final de esta galería nos encontramos varias montañas de 1,5 a 2 metros de altura, perfectamente acampanadas y formadas por las deposiciones de colonias de murciélagos en el transcurso de muchos años. Realmente notable la forma de campana. La perfección en una montaña de guano.

El nivel 5 tenía una estructura similar al del 6 y al cabo de un rato de andar por él accedimos a una galería en que la huella de los mineros prácticamente se había borrado en el suelo. En su lugar,  y durante 5 metros como mínimo, aparecían montones de flores de yeso -no muy grandes pero sí notables- y también pelos de yeso. Me pareció impresionante. Nos dimos cuenta de que esas cristalizaciones se habían formado en unos 50 años. Esto lo supimos por algunas inscripciones de los mineros  con su nombre y 1948 (o 58, no consigo recordar) escrito al lado. En este nivel 5 también aumentaban el calor y la humedad –progresivamente- hacia el oeste  
El ascenso fue cansado y la cinta magnética nos vino bien en varios momentos. Ya en el nivel 0 avanzamos un poco más hasta una enorme zona de laboreo en forma de gran sala. Arriba, en el techo de un lateral y lejana percibimos la luz del día. En varios puntos de la sala los filones de galena resultaban espectaculares. 
Esta vez las Minas de Colon nos habían dado gratas sorpresas aunque no nos dieron ningún nuevo enlace a cavidades naturales. Atardecía y, ya bajando, descubrimos una prometedora bocamina hacia el oeste. Será nuestro próximo objetivo.

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