Como nadie se anima decido subir un rato a la Raja para tareas que se puedan hacer en solitario pero también para dar ejemplo y que se animen a venir.
Antes de nada localizo en Bricomart tubos de poliuretano baratos y compro cinco. Y boquillas de sobra. Y decido subirme la taladradora para preparar el trabajo posterior haciendo algunos agujeros estratégicos.
Primero me dedico a rellenar más oquedades con turrón de piedras con poliuretano en la zona que comencé el día anterior. Este poliuretano no es demasiado bueno. Tengo la impresión de que los tubos no contienen lo mismo que los caros. Se me acaban dos tubos volando y pongo un tercero. Hay que vigilar un buen rato el aumento de volumen del polímero y recolocar lo que va rebosando. Así consigo llenarme un par de dedos de ese potingue por los agujeros de los guantes. Me costará dos días arrancármelo.
Finalmente antes de irme realizo seis agujeros adecuados para coser con el cable el talud. Y otro fallido en el que estropeo una laja muy útil.
Me bajo muy contento por la senda que va hacia el barranco del Corke y por el camino inspecciono la superficie intentando adivinar qué es lo que guarda en sus entrañas. No cabe duda de que algo apasionante.