Llevábamos varios meses persiguiendo el método y los materiales para balizar zonas frágiles y delicadas en una cavidad. Y, por fin, el sábado nueve de Junio, íbamos a poder ensayarlo en una zona concreccionada del Sistema de Udías. El viernes nos vimos en la reunión del club y quedamos para vernos en Mompía a las diez.
Formábamos un grupo de cinco espeleólogos: Sergio, Adrián, Fran, Alfonso y yo. A Fran le tuve que prestar un equipo vertical y el casco se lo prestó Sergio, pero al final no pudo entrar. Mis viejos arneses no podían ajustarse a las medidas de Fran, uno por tener las cintas recortadas y el otro porque las hebillas estaban tan trabadas que apenas pudimos moverlas. Así que se formaron dos equipos de dos personas: Sergio y yo a balizar; Adrián y Alfonso a topografiar. Los de la topografía tuvieron que hacer un arreglillo con cinta aislante porque al cambiar las pilas se perdió una pieza del Disto en el prado que no se pudo recuperar. Fran nos acompaño hasta que encontramos cuerdas y luego se fue a la playa de Cóbreces.
Pasos de lo más variado y algunos pozos pequeños nos llevaron hasta un sector con salas. Cómo amenidades se nos ofrecieron zonas caóticas de bloques resbaladizos, trepadas expuestas, resbalosas travesías -con batacazo de premio- y algunas gateras. En general la tónica de ese sector del Sistema de Udías es “resbalarse”. Sería bueno añadir algún pedacito de cuerda más y sustituir alguno que tiene más de cuarenta años.
Después de una hora y media alcanzamos la zona objetivo del balizamiento. En primer lugar debo decir que los materiales de balizamiento que porteaba apenas ocupaban sitio, ni pesaban. Un km de hilo Sufix/sup, cien varillas cilíndricas de 20 cm., sesenta varillas de 33 cm. y cinco varillas de 50 cm. en fibra de vidrio de 4 mm de diámetro (se habían cortado fácilmente con una rotaflex) Unas 160 fijaciones para sujetar el hilo a la punta de la varilla formadas por trozos de 2,5 cm de largo de tubo de plástico transparente con diámetro interior 4 mm (coincidente con el diámetro de las varillas) y diámetro exterior 6 mm. Adicionalmente Sergio porteaba un Makita, una batería de repuesto y una broca de 4mm.
Antes de comenzar el trabajo efectivo hicimos un reconocimiento general de la zona para ver que tipo de varillas iban a usarse en función de la dureza del terreno. Nos dimos cuenta que cuantos menos cambios de dirección tenga un sendero más fácil es balizarlo. Sin embargo, minimizar el impacto en una zona es prioritario ante cualquier otra cuestión que pueda plantearse. El procedimiento es el siguiente:
a) Como tarea preliminar inspeccionar cuidadosamente la zona a balizar para elegir el camino. Esto se hace durante la exploración. Una vez pisada una zona no se debe modificar el recorrido.
b) Primero clavamos las varillas, comenzando por el punto más lejano a balizar, a ambos lados de lo que va a ser el sendero: para terrenos arenosos y/o suaves varillas de 50 cm, para tierra o costra sobre terreno esponjoso varillas de 33 cm y para roca o cristalizaciones varillas de 20 cm. Hay que tener cuidado para que la anchura del sendero sea uniforme.
c) En terrenos duros es necesario hacer un pequeño taladro para insertar la varilla. A veces es necesario colocar las varillas muy cerca unas de otras para seguir las curvas del sendero.
d) Una vez colocadas la totalidad de las varillas que van a delimitar el sendero se coloca un lateral del hilo, comenzando por el extremo más cercano de la zona a balizar, y se vuelve colocándolo por el otro lateral.
e) Mientras el primero va desenrollando hilo de la bobina el segundo va tensándolo sobre las varillas y colocando las fijaciones de plástico.
El tiempo se nos pasó volando. Ya estábamos acabando el primer tramo a balizar cuando llegaron Adrián y Alfonso. Unos minutos después nos pusimos a comer en una zona de bajo impacto. Nos sentíamos muy satisfechos de la tarea realizada por varios motivos. Primeramente, aunque balizar lleva tiempo es una tarea creativa. Físicamente es muy poco exigente y te permite contemplar los detalles de la cavidad mucho más a fondo. En segundo lugar la estética del resultado nos pareció buena. De lejos solo se ven sobresalir ligeramente del suelo las finas varillas. Se podrían confundir con macarrones caídos desde el techo. El espeleólogo que recorre el sendero puede observar el hilo y su sombra hasta unos dos o tres metros por delante; suficiente para seguir la senda sin problemas. En definitiva: el impacto visual es bajísimo. De hecho sería imposible identificar el hilo en una foto si no se ilumina de forma adecuada. Por otra parte la cantidad de materiales extraños a la cavidad utilizados para balizar es muy pequeña.
Mientras Adrián y Alfonso volvían a la topografía Sergio y yo continuamos balizando un segundo tramo. Esta balización nos costo más trabajo que la primera debido a que el techo, con formaciones, bajaba hasta obligarte a ir a gatas. Se trataba de un suelo tan irregular que nuestras rodillas sufrieron hasta hacernos chillar. Como contrapartida la zona que pudimos visitar era muy interesante.
En cuanto acabamos el trabajo comenzamos la vuelta sin demora. Con placer le echamos un último vistazo a la tarea. Adrián nos había dejado una nota diciendo que ellos ya salían. En conjunto el sube y baja por los bloques, las trepadas y destrepes se me hicieron pesadines a la vuelta. A las ocho y veinte estábamos saliendo del Sistema de Udías. Se notaba que había llovido. Nuestros compañeros llevaban más de una hora esperándonos en los coches. Mientras -con mucha parsimonia- nos cambiábamos pasaron dos chicas adolescentes provocándonos. Primero carretera abajo y luego carretera arriba ¿Quieres ver la ovejita del culo? ¿cuántos años tienes? Fran nos contaba que ya estaban calentitas cuando paso por el pueblo hacía un rato. ¿Os imaginaís lo que pueden llegar a ser trescientas adolescentes juntas un día de primavera hacinadas en un centro escolar? Creo que no.
Nota: Creemos que el balizar senderos en zonas frágiles o sensibles permitirá delimitar claramente la zona de impacto y conservar el resto totalmente virgen utilizando un mínimo de esfuerzo y un presupuesto muy bajo. Algo que nos agradecerán todos los espeleólogos del futuro. Como ejemplo de costes: 35€/200mts de varilla de fibra de vidrio; 16€/1000mts de hilo SUFIX Sup/24kg/0.6mm; 0.8€/4mts de tubo de plástico 6-4 mm.