4/11/23

Huesos


Fotos (Antonio)
 

Fotos (Guillermo)

Vídeo (Guillermo)



 
 

La espeleología es también una forma de mantenerse en forma, una actividad deportiva saludable. La más eficaz que conozco personalmente aunque tal vez existan otras mejores. En cualquier caso dudo que sean actividades adecuadas para mí. Tengo que aceptar que me gustan las actividades en el medio natural y con una proporción suficiente de reto. Así que solo o acompañado, sabiendo que iba a llover mucho, me planteé entrar en una cueva el sábado en vez de quedarme en casa. Después de sondear un poco en varios frentes encontré, viernes por la tarde, un compañero. Dando unas cuantas vueltas al asunto recordé la cueva ideal para mal tiempo, entrenamiento bueno y cortos desplazamientos. Además Guillermo no la conocía.

A las diez de la mañana nos encontramos en Solórzano para acercamos a la Cueva del Torno. Unos cinco minutos de conducción hasta el aparcamiento. Estaba cayendo un aguacero continuo pero, previsoramente, había acondicionado con esteras la furgoneta para preparamos dentro. Nos quedaban cinco minutos por la pista y otros cinco para subir el prado hasta la boca. Guillermo había traído un paraguas y yo había asumido mojarme con la lluvia. Pensé -acertadamente- que dentro de la cueva con el trajín me secaría en pocos minutos como así fue.




Desde su entrada la Cueva del Torno presenta un estilo que, sin ser extremo, exige bastante. Ir agachado o a gatas, escalar destrepar estrecheces, moverse en oposición por meandros y retorcerse de formas variadas. No hay aburrimiento posible. Llevábamos la topo pero servía de poca ayuda. Por suerte me acordaba perfectamente de todos los pasos. Tardamos un poco en alcanzar Andy's Back Passage pues íbamos muy tranquilos. Por la estrechez entre el meandro desfondado y el pasadizode Andy me moje los pies en un charco. El punto crítico me pareció igual de estrecho que otras veces. En el punto que mas te empareda pasé empujando un poco pero Guillermo, bastante más ancho que yo, se atrancó. Su tórax es/era demasiado voluminoso o ese día no tenía la inspiración para resolver el movimiento. Después de tres intentos lo dejamos y nos volvimos tranquilamente hacia la salida. Paramos varias veces para hacer fotos. Las fotos que intenté hacer esclavizando un flash exterior con el destello de la Olympus fallaron en su mayoría sin que pudiésemos comprender el porqué. Ya cerca de la salida de la cueva Guillermo fotografió unos llamativos "huesos" 

Un agradable y soleado día había sustituido a los aguaceros. Pudimos cambiarnos y asearnos tranquilamente fuera de la furgoneta disfrutando del ambiente. Para celebrarlo pedimos unas cervezas en la Armería y un par de raciones de lo único que tenían: tortilla de patatasPara mi sorpresa resultó ser una de las mejores tortillas que he comido en los últimos años. Además la comimos con hambre porque eran más de las tres de la tarde. Le pregunté al camarero sobre el tema y me dijo que la había hecho su prima. Enhorabuena por su prima. Como tema principal de conversación estuvimos comentando las posibilidades de ir en un futuro cercano a la punta de exploración de Hoyo Salcedillo. A ambos nos pareció que la cosa no estaba madura todavía para ir tan lejos pero para ir a a la Galería Leo tal vez sí.         







30/10/23

Gilgueruca de Pechón


A principios de verano estuve viendo a los amigos de Liébana. A José (Chechu) le vi en el mismo Pechón, donde vive. Nos llevó a visitar la boca de una cueva llamada Gilgueruca que desbordaba aire frío. Eso me llamó la atención. También visitamos una zona con potencial de equipación de vías. Alguien había dejado una nota con un número de móvil para que el que quisiera equipar se pusiera en contacto. Resultaba sospechoso. Para acabar el paseo circular volvimos por delante de la hoya en la que está la entrada a la Cueva del Cueto. José y yo quedamos en visitar la Cueva de la Gilgueruca en otoño.

A las diez de la mañana del lunes 30 nos encontramos en Pechón cerca del bar-tienda Casa CetoEl calor veraniego había dado paso a un fresco y brillante tiempo otoñal. Aparqué cerca de la casa de José y preparamos el escaso material necesario para la cueva. Una cuerda de unos 15 metros para el pocete de entrada. Había traído además algunas chapas de 10, de 8 y mosquetones. Como tema aparte repartimos el abundante material fotográfico: maleta de flashes y controladores, bolsa de de trípodes pequeños, trípode principal y cámara Sony. Un verdadero muerto. La aproximación nos llevo cinco minutos.

El montaje del pozo consistió en un árbol y una chapa de 10. La cuerda rozaba un poco al borde de la vertical pero no era nada para preocuparse: la fijación estaba a un metro y el pocete tenía cinco. En dos minuto estuvimos abajo con todos los trastos. Como ya no iba a haber más verticales dejamos allí mismo todo el material de verticales. Para visitar la gran sala de entrada también dejamos las sacas. José me contó que habían hecho una importante limpieza de la zona bajo la boca a cargo del ayuntamiento: muebles, electrodómesticos y basurilla en general. Fuera de la vertical de la boca la cueva estaba limpia pero se notaba muy transitada en las zonas concrecionadas. Anduvimos por el borde de la sala y por todos los rincones contemplando abundantes formaciones, colonias de murciélagos y la obstrucción terrosa que marcaba una posible continuación. Todo esto ya lo había recorrido José en su visita anterior.

En la esquina suroeste de la sala accedimos a un caos de bloques entre los cuales se podía seguir con relativa facilidad la continuación de la cueva. Había varias rutas, más o menos cómodas, pero todas acababan convergiendo a una salita con un hito en donde la cueva cambiaba de aspecto. Mientras reconocíamos esta zona vimos una posible continuación. Bajo unos bloques "fáciles de desalojar" se vislumbraba un pozo. Los ensayos con piedras nos devolvieron golpes y rodadas y estimamos unos 15 metros de desnivel al menos. Concluimos que sería interesante mirarlo con más detenimiento en un futuro cercano.

 


Poco más allá accedimos a una sala bellamente decorada con coladas, estalactitas, estalagmitas, columnas, banderas, gours, y corales. Muy característica es una gran columna partida -muy evidente- y otra más pequeña, también partida, unos metros a su derecha. No estaba clara la continuación, así que para evitar arrastrar inútilmente las pesadas sacas las dejamos en un rellano de tierra oscura compactada. Por una pendiente suave, guiada por un cordino, accedimos a otra sala que al principio supusimos la que en la topo marca con gours en su extremo. Pero las cosas no cuadraban. Mirando con más atención comprobamos que era la sala más al suroeste de la cueva. Recorrimos el río seco del que habla la descripción y verificamos los detalles. Por un balcón elevado era posible conectar con la otra sala, pero no recomendable sin cuerda. Para llegar  a esta sala del noroeste volvimos a la sala bellamente decorada y por un conducto entre formaciones muy transitado pudimos acceder cómodamente.

El tránsito de esta sala era cómodo y enseguida llegamos a lo que se describe como gours seco y con agua. Pude continuar un poco más de lo topografiado sorteando unas formaciones a la izquierda de los gours pero solo avancé unos veinte metros más. Volvimos a donde teníamos las sacas y comimos un poco.

Mi intención era hacer unas fotos bien iluminadas. Una en la sala bellamente decorada, otra en la columna partida y la tercera en la sala de entrada. Los preparativos se pusieron pesados: había olvidado el anclaje pentagonal cámara-trípode, las pilas de controlador se habían sulfatado y derramado, algunos minitrípodes no andaban bien y en general era todo un poco desbarajuste. Pero las cosas se fueron resolviendo y pudimos hacer las sesiones. La distribución de flashes es siempre la parte más difícil, aunque también es difícil acertar con la toma y el encuadre óptimos y colocar al sujeto o sujetos que dan la medida de todo. Los resultados no fueron obras maestras pero tampoco estuvieron mal.

A la salida estaba cayendo la tarde y cambiando el tiempo a peor. Después de adecentarnos, y de comprobar que Casa Ceto estaba cerrada, fuimos, con la hija de Chechu, a tomar una merienda en en lCasa AzulEl arco iris resplandecía contra el cielo cargado de nubes de lluvia. Caían aguaceros pero todo era bello. Había sido un hermoso día para una cueva interesante y disfrutonaJosé y yo quedamos emplazados en el futuro cercano para ir a cuevas, escalar o hacer excursiones.

           


 Fotos (Antonio)

Fotos (José) 

Vídeo (José) 

21/10/23

Buscando en Salcedillo

Texto: Antonio
Fotos: Guillermo y Antonio
Vídeo: Guillermo



El 21 de octubre quedé con César y Guillermo para volver de nuevo a Hoyo SalcedilloEl 17 de junio había estado con Guillermo en la Galerie d'UtrilloEn esta ocasión el objetivo era reconocer la Galerie des Loges (Logias*)  y la red a la que da acceso.

Nuestro punto de cita era la Estación FEVE de Solares. El calor veraniego estuvo dando coletazos hasta un par de días antes en que el tiempo cambió a cantábrico estándar, hacía bastante frío esa mañana otoñalCésar ya llevaba un buen montón de kilómetros desde Madrid, y luego desde Mogroyo no tenía coche así que nos fuimos valle de Miera arriba en el coche de Guillermo.

La subida al Hoyo Salcedillo desde la planicie morrénica, hasta la que actualmente llega la pista, fue rápida y poco cansadaPodríamos llamarlo un paseo matinal si se compara con la de junio anterior, en la cual el calor y la humedad nos reventó. Alrededor de las once de la mañana estábamos entrando por la pequeña boca sobre la que pudimos leer "VD-1 CESS/ABRIGU" en sustitución de la antigua "SCD y un número". Los espeleólogos vamos y venimos como el humo, las cuevas permanecen millones de años en silencio, mirando, divertidas y sufridas, nuestros efímeros esfuerzos.

Esta salida era una gran terapia para todos. Para mí suponía curar la gran frustración de no haber hecho ni una mísera salida de espeleo desde mediados de julio. Tres meses. Para Guillermo y César suponía olvidar, al menos durante un rato, las tristes historias que habían estado viviendo en estos últimos meses. De cualquier forma la Cueva del Hoyo Salcedillo teníatiene y siempre tendrá un fuerte atractivo para cualquier espeleólogo al que le gusten los retosTanto los meramente físicos como los más sesudos, al estilo de descifrar jeroglíficosSin duda: encontrar las zonas en las que se encuentran las más bellas formaciones es muy difícil y costoso.

Nuestra primera labor consistió en cambiar la vieja y crujiente cuerda del resalte ascendente sobre el primer pozo que te encuentras al entrar. Pusimos una buena cuerda de once mm.perfecta en su blancura cortadaa medida. Por el retorcido camino hacia el segundo pozoya sobre el mismo pozonos paramos a hacer varias fotos con la Olympus TGEra una nueva experiencia fotográfica para mí el poder llevar una pequeña cámara compacten bandolera, sacarla en unos segundos de su funda y hacer una toma en formatraw sin grandes preocupaciones acerca de la iluminación, el polvo, el barro, la estabilización y otros temas menores. Edilatado tiempo que conlleva hacer una foto en condiciones subterráneas con una abultada cámara reflexse reduce dramáticamente a menos de un minuto usando la TGMientras nos entreteníamos con las charlas normales entre amigoshicimos máfotos y vídeosestos sólo Guillermo, instalamos uncuerda en un pequeño resbaloso resalte con poco para manos y menos para pies. De esta forma accedimos a la amplia Galerie d'Utrillo.




Un poco más allá, avanzando, nos despistamos debido a la abundancia de hitos por doquier. Me enfurecí conmigo mismo porque en junio no dudé, después de una década sin visitar la cuevaahora estábamos dudando tan sólo tres meses despuésLa cosa se arregló en menos de un minuto y como bonus decidí localizar el descenso al Rivière de la Dispendieuse y visitarlo brevemente, más o menos unos cien metros. Fue una cosa que hicimos César y yo mientras Guillermo nos esperaba unos minutos. Luego no tardamos nada en alcanzar la entrada a la Galerides Loges alguien sugirió picar algo sentados en algún sitio agradable cerca de su inicio. Picar se convirtió en comernos casi todo lo que llevábamos de almuerzo. 

El tramo de galería que ya conocíamos lo superamos en breves minutos a pesar de no ser un camino simple. Descendimos los bloques que nos frenaron en nuestra última visita y trepamos la pendiente hacia el NW que nos dejó en un ensanche con concreciones al SW y desprendimientos al NE. Continuando por el nivel de las bellas formaciones la ruta se volvió más compleja y delicada, incluso atravesando un bosque de estalagmitas, hasta que finalmente todas las posibles prolongaciones desembocaron en obstrucciones o grietas del todo impracticablesEsto nos llevó bastante tiempo. Volviendo atráshasta el ensanchenos pusimos a mirar bien. Ugolpe de intuición hizo que mirase debajo de la colada rota que reposa sobre un lecho de tierra y bloquesvislumbrando así un sucio camino descendente. Siguiéndolo nos encontramos en el lecho de un discreto riachuelo.



Aguas abajo el agua se perdía de inmediato entre guijarros y arenas, aguas arriba un pequeño cañón permitía el avance. Siguiéndolo pudimos alcanzar el final de la galería y de dos pequeñas galerías adyacentestodo ello perfectamente reflejado en la topo. Para continuar había que localizar la conexión con la Galería Sakoet**. Aguas abajo, en un recodo, vislumbramos la galería que buscábamos colgada a una altura de cinco/seis metros del lecho. La trepada era bastante fácil yaunque algo expuestano iba a dar problemas el escalarla. Sin embargo para bajar había que pensárselo un poco másTeníamos cuerdas para el resalte pero no material para instalar fijaciones. Así que dejamos en depósito un par de cortos tramos de cuerda y comenzamos la vuelta al exterior fijando como objetivo una nueva visita tan pronto como fuese posible

Aunque estábamos un poco cansados la salida se desarrolló sin problemasAbsurdamente volvimos a despistarnos a la vuelta en el mismo sitio que a la venida. Fuera era de día y la luz era hermosa aunque el cielo amenazaba lluvia. Hicimos el descenso al coche atardeciendo. Creo que sobre las siete llegamos al aparcamiento. No nos paramos hasta llegar a Solares. Había sido una magnífica salida en todos los aspectos.            

 

* según el diccionario loge/s se traduce al castellano como logia/slo que es una reunión de masones o, por extensión, el lugar donde se realizala reunión...

** apellido francés