7/5/24

Bichos

 

Esta primavera Marta nos convocó para ir a Udías a ayudar en su trabajo con la fauna cavernícola. Hacía calor el primer día que fuimos Manu y yo a la tarea. Hice unas pocas fotos a un diminuto caracol  -apenas visible- en las paredes húmedas de la cueva y anduvimos hasta Kale recolectando algún bicho y colocando alguna trampa. Cerca de la base del Pozo Montero intenté hacer alguna foto a los colémbolos cavernícolas pero me fue imposible dada la velocidad a la que se mueven y su extrema pequeñez.

Más tarde me llamó la atención el túnel descendente que conecta con la mina de Novales, pensé que sería una travesía divertida y sencilla entrar por Sel del Haya y salir por Novales. En suma, la actividad resulto ser sumamente tranquila, salvo la sensación de pérdida al volver por otra zona de la mina que no conocía. Para mí las galerías mineras son indistinguibles unas de otras, así que prefiero ir por las que mejor conozco. Poco después de salir nos tomábamos unas buenas raciones en la Retama para celebrar todo lo lo que era posible celebrar.

 

          El segundo día reunió a un buen manojo de personas: Marta con su hijo Rubén, Manu, José, Luis con su hija Elena, Roberto, Jorge y yo mismo. Hacía frío pero la cueva estaba igual que siempre. Avanzamos rápido hasta el pozo Montero pero en el trayecto paré a tomar unas fotos a un par de arácnidos/opiliones. Recogimos alguna trampa y estuvimos en el Pozo Montero un buen rato haciendo macros. Yo intentaba, sobre todo, pillar quieto a un colémbolo. Luego me enteré que los colémbolos no son insectos pero sí hexápodos, un Filo que contiene a insectos y colémbolos ( ver https://es.wikipedia.org/wiki/Hexapoda ). Es decir son primos de los insectos. Un rato más tarde paramos a comer la comida que llevábamos o no llevábamos. Me toco una barrita que me regaló Luis.

En el trayecto a Kale -pasando por el túnel de enlace a Novales- recogió unas trampas Marta. Mientras tanto inicié el arriesgado experimento de usar el macro/tele en una cueva para hacer tomas desde lejos con sensibilidades altas (6400 ASA).  No tenía fe en tales tomas pero cuando las revisé en casa me parecieron interesantes. Algo más tarde fui con Manu, Jorge y Roberto hasta el “final” de la cueva, donde hay gateras que conectan con el río. A la vuelta todavía seguían enzarzados con las trampas, las fotos y los bichos.

Nos fuimos a hacer compañía a Borja que se había quedado junto al túnel sin ganas de nada, un poco como protesta adolescente. Tratábamos de tener un dialogo constructivo con él, era muy divertido.

La vuelta se hizo muy cansina -y lenta para mí- pues parte del grupo seguía recolectando y observando. Tuve tiempo de sestear antes de llegar a la escalerilla. Más adelante el grupo apostó por la ruta de los lagos pero no les acompañé, estaba muy claro que para mí era más cómoda la ruta usual. Marta me acompaño, tal vez porque pensaba lo mismo que yo o quizás por no dejarme solo ante la oscuridad.

Hacía bastante frío al salir. Rápidamente nos cambiamos y, con Chechu, volví a La Retama  para tomar algo. Nos dimos cuenta que no iban a venir al bar cuando llevábamos mas de media hora allí. Se habían ido a otro y en la confusión del final no lo habíamos hablado. Pero los montados de la Retama no creo que puedan ser superados por los de ningún otro bar en los alrededores… creo que volveré.

 



5/5/24

Buen sucedáneo

 

 

A finales de abril Guillermo tuvo la idea de visitar la Cueva de las Rozas. Se trata de una cavidad modesta pero muy bella. La dificultad principal era encontrar la boca en el cerrado bosque de encinas que cubre la ladera del Barrio de la Roza de Bustablado. La semana pasada, acompañado por Marisa, hice un intento de encontrarla en el que conseguimos acercarnos, según el GPS de Maps, a unos 50 metros de la entrada. El problema fue, y es, la densidad de vegetación pinchosa y la falta de trazas o trochas que indicasen algo. Entre ida y vuelta gastamos tres horas y media.

El cinco de mayo Guillermo y yo íbamos a ir encontrar la cueva y a visitarla pero cuando salimos del coche, ya arriba, el viento y el aspecto de las nubes nos disuadieron. En sustitución cambiamos el plan inicial por una visita a la Cueva del Molino de Bustablado lo que nos trajo dos grandes ventajas: está a un minuto de donde dejas el coche y Guillermo no la conocía. Sobre la marcha Guillermo se bajó de la web un plano de la cavidad. A pesar de haber entrado una decena de veces nunca está de más llevar un plano.

Ya dentro avanzamos directamente hacia la Sala del Sifón y desde allí ascendimos para ver las posibles continuaciones y galerías, añadidas a la vieja topografía en los últimos años. Una zona de conductos enrevesados se resuelve con bajadas estrechas hacia el nivel del agua y grietas meandrosas muy estrechas. La ausencia de viento hace muy poco prometedor este sector. Un poco más abajo un pasamanos es necesario para alcanzar una zona con más posibilidades. Pero la ausencia de material hizo que no pudiésemos visitarla.

De vuelta nos entretuvimos con las fotos y visitando la mayoría de las redes laterales salvo Fool's Paradise. Ya saliendo, y muy cercano a la escalera metálica, hay instalado un pequeño pasamanos a una galería que parece interesante. Seguramente volveremos a visitar la cavidad con un poco más de detalle en un futuro próximo.

A la salida nos encontramos con la lluvia. Por suerte el coche estaba a dos minutos y con los árboles se atenuaba la intensidad del agua, pero aun así mientras nos cambiábamos tuvimos tiempo de mojarnos un poco. Para rematar la faena nos fuimos a una tasca en Bustablado para charlar sobre lo que surgiese.  

 


 
 
 
 
 
 
 
topo obtenida en Matienzo Caves