El sabado pasado no había planes espeleológicos seductores. Podiamos ir al Soplao a ayudar a Juan a hacer una nueva tanda de fotos "limpias" o hacer turismo en alguna cueva que se nos ocurriera buenamente. Sin embargo el anterior fin de semana había fracasado un bonito plan por falta de coordinación; en fin que cuando se vinieron a dar cuenta no tenian carburo para ir. Asi que se me ocurrio la brillante idea de retomar el bonito plan y animar a Noelia y Pablo para ir a la "Red del Gándara". Como todos sabeis el Gándara es un afluente del Asón que nace en La Gándara de Soba y que tiene una surgencia impenetrable y un trop plein -la Cueva de Rio Chico- que ha sido explorado por unos dos kilómetros hasta grandes sifones. El Speleo Club de Dijon ha intentado durante años encontrar un acceso a la gran red que se intuía. Y a base de tesón tuvieron éxito hace menos de dos años estando actualmente explorados unos treinta kilómetros.
La cueva es muy cómoda -cinco minutos desde el coche y galerías tipo Fresca- e interesante. Hay dos cosas que llaman la atención: una sala enorme en donde se despeña el Gándara en cascada de 20 metros y, a escasos metros de la cascada, -detrás de la cascada- con varias corrientes de aire fuertes y un ambiente de neblina perpetua, el grupo de excéntricas más sorprendentes que he visto nunca. Los cambios de dirección siguen pautas rectilineas formando ángulos que se repiten en varios ejemplares y, por otra parte, se forman agrupamientos de hilos extremadamente finos que semejan unas raíces al aire. Es surrealista. Allí fuimos Noelia, Pablo y yo visitando además una gran galería que parte de esta zona. Todo iba bien hasta que ya volviendo fuimos a cambiar el carburo y...a Pablo se le había olvidado la baga - no sabiamos donde aunque despues dedujimos que en la punta donde habíamos parado a comer un poco- . A partir de aquí fuimos economizando, con mi carburero funcionando bien y los de Pablo y Noelia regularcillo, y moviendonos al máximo de velocidad posible. Salimos con algo de margen a una noche con surada y contentos de no haber quedado atrapados esperando a unos rescatadores. De todas formas nos quedaba todavía la Tika. Ida y vuelta tranquilamente con paradas para comer, etc hasta la gran sala y las excéntricas sobra con seis horas.
Os animo a ir.
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