Las incursiones breves en ciertas cuevas, como la Red del Gándara, no me motivan como antes. Durante la tarde del viernes llegué a pensar que no iba de cuevas. Sin embargo el sábado por la mañana me sobrepuse a la desgana y pronto me sorprendí ilusionado como un colegial. Sencilla mente programación mental. Sencilla Mente.
Podíamos hacer una incursión corta en la Red del Gándara. O podíamos visitar Cuevamur para dedicarnos a la fotografía. Decidimos hacer fotos. Confieso que a mí me apetecía mucho más esto último. Pero no estoy tan seguro de que a Miguel le apeteciese tanto. Sin embargo creo que al final se lo paso tan bien como yo.
Una buena foto puede suponer un reto tan grande como subir el Pozo de Cueto. Como resulta evidente se trata de algo muy distinto a subir un pozo o a navegar por una cueva. Es algo reflexivo a tope. Así pues nos dedicamos dos o tres horas a hacer fotos en algunas salas de Cuevamur. Algunas no salieron mal. Casi siempre el resultado de una foto subterránea es una sorpresa. En las pantallas de las cámaras digitales no se puede comprobar bien la nitidez, la calidad de las zonas iluminadas y en sombras. Vamos, que hacer fotos puede llegar a ser un objetivo en sí mismo.
Corales
Excéntricas de calcita
Galería de los Cristales
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