Mientras
en el norte de España las exploraciones
subterráneas continuaban impulsadas por el buen tiempo, las vacaciones y
los campamentos de verano, aquí en el sur el sol hacia estragos en el ánimo de
todos. Mavil acababa de ser hospitalizado para una
intervención en una vértebra que le pinzaba el nervio ciático. Su amarga
estancia en el Hospital de Molina se desarrollaba a primeros de julio. Juan
Pablo Solvez le acompañaba en el trance ayudándole en
todo lo que podía. Me fui a verles, previamente había hablado con ellos, una
tarde en que las calles de Alguazas eran un horno. La ventaja de ir a verles a
esa hora era que el Hospital disponía de un maravillosos aire acondicionado.
Por supuesto era muy importante dejar el coche a la sombra sopena
de encontrárselo inhabitable a la vuelta.
Habían
bajado al quirófano a Mavil. Mientras tanto le
plantee a Juan Pablo la posibilidad de hacer una sesión fotográfica con alguna,
o algún, modelo en los próximos días. Enseguida pensamos en Esther, de Hellín,
y en David, el Bicho para los amigos.
Tras un unos cuantos wassaps y algunas llamadas
quedamos emplazados con Esther de modelo y J.Carlos
de ayudante para la tarde del jueves 7 en Fortuna. El objetivo era la Sala de
las Excéntricas del Solins. Mientras tanto subieron a
Mavil a la habitación. Se encontraba bastante bien.
El medico dijo que la operación había salido perfectamente.
La tarde
del jueves pasé por casa de Mavil, recogí a Juan
Pablo y nos reunimos en el centro de Fortuna con Esther y J.Carlos
que habían llegado desde Hellín. Eran las seis de la tarde y el calor todavía
apretaba. Después de tomar unas coca-colas para espabilarnos condujimos con
calma hasta Las Casicas. La pista del Solins permite aparcar muy cerca de la entrada de la cueva.
Sin embargo tardamos algo más de lo usual debido a que Esther tenía puesto un
tornillo en el pie, producto de un accidente, y estaba convaleciente de otra
operación más reciente. Fue muy valiente por su parte ir a meterse en una cueva
para actuar como modelo. De cualquier forma fuimos subiendo por la ladera de
pinos siguiendo la senda lo mejor que pudimos hasta la boca de entrada. Hacía
más fresco dentro que fuera lo cual fue de agradecer.
A unos 30
metros de la entrada encontramos la mayor colonia de opiliones que haya visto
jamás en ninguna cavidad. Formaban una masa compacta en un rincón de la
galería. Pero no teníamos ni tiempo ni ánimos para comenzar a fotografiarlos.
Debido al número de años que habían pasado desde la última vez que estuve en el
Solins me despiste un poco y tuve mis dudas. Pero fue
menos de un minuto el tiempo que perdimos en esas dudas. Pasamos todas las
galerías y estrecheces sin pausa. El paso más estrecho estaba claramente “ensanchado”.
Ya no es una estrechez, simplemente es una zona un poco más estrecha. La gatera
de barro si me pareció tan pesada como siempre. Pero era lo último que había
que luchar y desembocamos, sin más contratiempos, en la Sala de las
Excéntricas.
Lo
primero que hicimos fue asentarnos en un lateral. Luego dispuse los flashes. Prácticamente
no los toqué en el resto del tiempo. La primera tanda de fotos fue bajo el
conjunto de excéntricas con el traje de colores claros. La segunda tanda fue en
el mismo lugar pero con el traje negro. La tercera y última tanda fue entre las
estalagmitas con el traje negro y actitudes devotas o religiosas. En general
todo fue muy bien. Lo más difícil fue que la modelo encontrase su propia
expresividad.
Nuestro
recorrido de salida fue más rápido que el de entrada. En total fueron unas seis
horas de coche a coche. Eran más de la una de la madrugada. A pesar de las
ganas de tomar algo y charlar todos teníamos que hacer cosas al dái siguiente. Esther y J.Carlos
tomaron rumbo a Hellín y yo lleve a Juan Pablo a casa de Mavil.
La noche estaba preciosa y me sentía satisfecho con la sesión realizada.
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