Me encuentro con Manu en los Abetos a las 10. Tenemos mucho de que hablar y la charla se prolonga hasta casi las doce y media. Como ya no es el momento de ir a Coborros y menos aún a Culina decidimos ir a echar un vistazo a la cueva-grieta-torca en las agujas de lapiaz bajo la MG4.
Bajamos por entre las agujas calcareas, mismo camino que hace unas semanas con Adrián. Es un mundo mágico lleno de vegetación exuberante que tapiza el suelo con una hierbecilla mezclada con musgos. La entrada es magnífica. en unas decenas de metros nos ponemos en el resalte. Manu monta las fijaciones y lanza la cuerda.
Bajo con grandes expectativas pero enseguida se me cortan: el resalte esta formado por un muro artificial y la rampa de bajada que sigue acaba en una salita ciega repujada de agujeros de barreno...
Limpiamos todo y volvemos a la furgoneta. Para celebrar el día nos vamos a comer rabas con cerveza en la Taberna de Udías.
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