El domingo 7 de mayo quedé con Guillermo para ir al Coverón. A las diez nos reunimos en San Pantaleón. Preparamos unas chapas y mosquetones y cogimos un trozo de 25 mts. de cuerda para el pozo de acceso a la gran galería. Unos minutos después aparcamos en una curva de la carretera a Fuente Las Varas ubicada sobre la cueva. El ambiente primaveral era exuberante. El bosque más que un bosque cántabro parecía un trozo de jungla vietnamita o la isla de los dinosaurios. Todo bullía de vida.
La entradita a la cueva soplaba un vendaval de aire (está claro que existen otras entradas, aparte del sifón de conexión con el Carcavuezo, a este sector del Sistema de los Cuatro Valles). Avanzamos mucho más rápido que la última vez pero también mucho más tranquilos. Pozo de entrada, gran galería, pozo de ascenso al Right-hand Bypass, acceso a la gatera embarrada, desfondes arenosos... En dos horas habíamos sobrepasado el punto al que llegamos el 22/12/2022. Primero una gran galería hacia el W y luego una bella galería hacia el NE nos pusieron en la rampa de ascenso a Big Red Knob Room.
Casi al final de la rampa hay que tomar a la izquierda en vez de subir por la cuerda de la derecha hacia The Edge of Darkness. El pasaje se va estrechando y empotrando entre un caos de bloques ascendente pero sumamente cómodo. En un minuto se emerge en la sala y te encuentras el Red Knob (¿Pene Rojo?) delante de ti. Realmente si que tiene forma de pene erecto. Tal vez habría que avisar a la policía por exhibicionismo porno. En realidad la parte más interesante de la sala esta al NW (arriba a la derecha). Hay un conjunto de macarrones, estalactitas y estalagmitas realmente magnífico. Hicimos unas cuantas fotos.
Dudamos unos segundos si seguir cueva adentro o salir, pero fue una duda retórica. Comenzamos la salida. Paramos varias veces a hacer fotos y vídeo y una vez a comer un poco. A las cuatro y pico salíamos asombrados de lo bien que íbamos y asombrados del paisaje Jurásico de la entrada Coverón. Subimos por el bosque por la apenas marcada senda, nos aseamos lo mínimo y en un cuarto de hora estábamos en San Pantaleón. Está claro que volveremos al Coverón.
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