Fotos: Miguel F. Liria
Texto: Antonio G. Corbalan
En
definitiva: no podíamos aguantarnos las ganas de saber que había al final de la
chimenea que habíamos casi escalado
hasta arriba el sábado pasado. Por
eso quedamos el martes por la tarde, para entrar de nuevo a la zona del Patio.
A pesar de que habíamos quedado a y media
ambos llegamos a Ramales antes de las cuatro y cuarto. Se notaba el
interés que teníamos los dos por ver la continuación, casi la dábamos por segura aunque…
El laguito
estaba casi seco y los goteos del sábado se habían aplacado. Las legumbres que
estaba digiriendo no me ayudaban a
subir cuestas ni, mucho menos, a subir jumareando
cuerdas. Pero no tardamos más que el día anterior. Esta vez ambos estábamos muy
dispuestos a escalar tanto Miguel como yo, pero a Miguel se le notaban unas
ganas intensas. Así que fue el que escaló. Yo me dispuse a pasar frío mientras
tanto. Sin embargo el hecho de tener que ayudarle, colgándome de la cuerda y
saltando, para que pudiese subir el desplome hizo que no pasase el frío que
esperaba. En el camino de subida retiro todas las fijaciones salvo las tres
últimas
No tardo
mucho Miguel en alcanzar el nicho que yo vislumbraba el sábado pasado. Y en darme la mala noticia de que no
había galería. Había que subir un poco más. Y subió galería no había tampoco
pero si una grieta ortogonal a la fractura E-W que permitía el paso sin
cacharros. Lo dejo para que yo lo intentase la siguiente vez. En el camino de
bajada lo retiro todo. Solo se quedo arriba la cuerda anclada a un natural y una
chapa y un fraccionamiento. De bajada retiró todas las fijaciones restantes.
En
previsión de salir a una hora razonable recogimos e iniciamos la bajada. Por el
camino visitamos las prolongaciones de la fractura E-W. De la observación de
dichas fracturas saqué una conclusión: de haber alguna continuación o
prolongación esta tendrá que estar arriba del pozo. Solo nos queda, por tanto
escalar y escalar el pozo central.
Nos
paseamos hasta la salida y luego hasta el coche y luego hasta Ramales (no era
tarde pero había que trabajar al día siguiente) y luego hasta casa. La
desilusión era grande pero no enorme. Quizás habrá que mirar por otros lados.
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