Después de muchos tanteos Guillermo, César con su hijo Mateo y yo quedamos en Casa German a las 6 de la tarde. El día esta nublado y agradable. Un veraneante de Bilbao nos acompaña con su perro por el camino al Carcavuezo. El río Clarín de Matienzo lleva poca agua y en el camino no hay barro.
Nuestro objetivo es limpiar la boca de la cueva de troncos y ramas, verificar el acceso a Afternoon Stroll y marcarlo. Tenemos que preparar bien la incursión hacia las zonas remotas para evitar desgastes.
Encontramos la boca limpia y despejada. Seguramente han sido los ingleses. Al lado de la boca hay unos bultos con material. Deducimos que están dentro trabajando. Avanzamos sin dificultad hasta la gatera en que comienzan los destrepes. Allí le ponemos un arnés a Mateo y comienzo a poner catadióptricos. Un poco más abajo, tras el primer destrepe, oigo voces. Desciendo el "pasamanos" y me encuentro con dos jóvenes ingleses, Tran y Dylan, que vienen de topografiar una zona.
Aseguramos a Mateo en varios destrepes hasta llegar al río (repito mi rutilla de hace un año cuando encontré el río con mucha agua y terminamos yendo a la Cueva de la Carrera). Después de dar unas cuantas vueltas aceptamos que esa rutilla no es la correcta. Mateo se inquieta porque piensa que estamos perdidos. Volvemos a ascender. Al subir un poco caigo en la cuenta de cual es la ruta correcta. Es una sencilla bajada en rampa a una cómoda playa en el río.
Desde aquí todo va cuadrando ya. El avance es simpl,e aunque hay zonas con resbalón y altura. Llegados a un punto César se queda con Mateo esperando y seguimos Guillermo y yo. Enseguida llegamos a un punto clave que recuerdo muy bien. Es una estrecha chimenea en cruz de unos tres metros de altura con unas cuerdas puestas para ayudar. Le digo a Guillermo que espere y me adelanto para verificar el acceso a Afternoon Stroll. Todo me queda claro.
La vuelta la hacemos rápidamente aunque las trepadas cuestan más que los destrepes. Guillermo se queja de falta de forma. Le digo que tras una pausa de más de 20 años es increíble la forma que tiene para la espeleo.
Aún es de día cuando salimos . Volver a los coches se convierte en un agradable paseo. Después de cambiarnos Guillermo nos invita a unas bebidas refrescantes (con aperitivos) en la terraza de Casa German. El proyecto de recorrer las zonas remotas del Carcavuezo sigue adelante.
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