José Almansa, Rocío y David Dadis
Primera parte (Málaga)
Durante la última quincena de agosto pasé con mi
familia unos días en Málaga. Teníamos una hermosa casa en la costa, a las fueras,
a unos cinco kilómetros del centro. Aparte de ir a la playa todos los días, fuimos
varias veces al centro de Málaga y realizamos algunas excursiones por los
pueblos cercanos. Un día, estábamos paseando por el centro, me sorprendió la actuación,
performance o estatua, que representaban dos chicos jóvenes. Se trataba de dos
ejecutivos a pleno rendimiento, ambos con sus trajes y zapatos de marca, sus
móviles en la oreja, su maletín de ordenador el uno y su maleta Pepe Jeans el otro; en fin una puesta en escena magistral. Pero
lo mejor era la fuerte crítica social que transmitían con su actuación. Algo
que irritaba a más de uno, al sentirse tocado por esa imagen, pero que
fascinaba a la inmensa mayoría.
Esos actores se me habían colado en la retina. Unas
horas después seguía pensando en ellos. Y al día siguiente también. Llegué a la
conclusión de que eran perfectos para una sesión de fotos en una cueva. No
había sabido verlo en el primer momento. Como opción inicial se me ocurrió hacerles
la foto en la Cueva de Nerja. Antes de ir a buscarles llamé a información y me
dijeron que mandase un email al encargado de Conservación de la Fundación Cueva
de Nerja para solicitar un permiso. Di por hecho que no me iban a poner
problemas para hacer las fotos.
Dos días después me acerqué, era por la mañana, al
centro de Málaga para hablar con ellos y proponerles una sesión. A pesar de dar
mil vueltas por la hermosa zona monumental de Málaga -y de preguntar a otros
actores callejeros acerca de ellos- no di con los actores por ningún lado. Me sentí
desanimado ya que nos quedaban sólo dos días de estancia en Málaga. Además era
finales de agosto y, según mi punto de vista, resultaba muy probable que hubiesen
cambiado de aires. Navegando por la red Marisa dio con ellos: DadisyAlmansa se llamaban a sí mismos. Aparte de ser de
Almería solo pude localizar sus páginas en Twitter y Facebook. Pero allí no
había ningún número de móvil, ni tampoco email. Dado que mi hijo posee cuentas
en las redes sociales le pedí que entrase en contacto con ellos para pedirles
su número telefónico.
Con el
conservador de la Fundación Cueva de Nerja tuve un intercambio de emails
ejemplar en cuanto a comportamiento clientelista en esta España de taifas/autonomías/ayuntamientos/fundaciones/otros.
Sin embargo una breve investigación me mostró varias alternativas interesantes
muy cercanas a Málaga. Entre otras la Cueva del Tesoro en el Rincón de la
Victoria, importante población a unos diez kilómetros al este de Málaga. El lunes
veintiocho de agosto por la tarde nos acercamos a ver la Cueva del Tesoro. Se
trata de una cueva hipogénica formada por las aguas marinas y emergida
posteriormente al bajar el nivel del mar. Las formas redondeadas y llenas de
recovecos, típicas de las cuevas hipogénicas, producían una impresión de
misterio difícil de igualar en otros tipos de cavidad. Lo que añadido a su
amplitud, la buena urbanización del los caminos interiores y la suave
iluminación la hacía perfecta para la foto. Pero no había conseguido contactar con
David Dadis, ni tampoco con José Almansa. Yo les
hacía en Almería.
Segunda parte (Sorbas)
En
el entreacto había trasladado mi persona y enseres a Murcia. Parte del tiempo
con la familia y parte en la costa. Las gestiones de mi hijo a través de
Twitter habían seguido su curso. Finalmente tuve el teléfono de David Dadis. Le mandé un whatsApp y
poco después hablé con él. Seguían en Málaga pero estaba en el aire que
viniesen a Almería para realizar alguna actuación el fin de semana del nueve/diez
de septiembre. Quedamos en confirmarlo sobre el día cinco. Por otra parte
contacté con la oficina de información de la Cueva de Sorbas y pude hablar con
el responsable de visitas. Aunque, usualmente, no dejen hacer fotos cuando le
expliqué nuestro proyecto y sus objetivos no tuvo ningún inconveniente en apoyarnos.
Además de dejarnos hacer las fotos nos pondrían un guía para acompañarnos a los
puntos de realización de las tomas. Quedamos en confirmar fecha y hora cuando
supiera la agenda de DadisyAlmansa. Y, por fin, tuve
la satisfacción de confirmar una cita para hacer la foto con ellos el domingo
diez de septiembre a las cinco en la Cueva de Sorbas.
Desde la zona de Murcia en la que habitaba hasta
Sorbas el navegador daba una hora y media más o menos. Teniendo en cuenta que, antes
de realizar la foto, me interesaba ver las localizaciones y de que deseaba
hablar antes con la gente que lleva las visitas decidí irme pronto. El domingo
a media mañana, utilizando la E15 hasta Vera y luego la A7, me acerqué a las
Cuevas de Sorbas. En realidad en el karst de yesos de Sorbas hay muchas cuevas.
La que convenía usar para realizar la foto, considerando la cantidad de trastos
que teníamos que llevar, era la que llaman Cueva del Yeso (o del Barranco del
Infierno) y en ésta la ruta básica. No me hizo falta visitar personalmente las
localizaciones. Había varias topografías excelentes y libros de fotos donde se
podía evaluar el interés de cada localización. Después de mirar con cuidado
todos esos detalles comí en la terraza del restaurante que hay allí mismo. Y
luego hice algo de tiempo leyendo.
A las cinco estaban en Sorbas DadisyAlmansa.
Se habían pasado un kilómetro de la desviación a la entrada de las cuevas pero
enseguida dieron con ello. Nuestra guía, de nombre Rocío, era una chica
encantadora que nos facilitó gorros y cascos con iluminación de leds a los
tres. Metimos los trajes en una funda de plástico y repartimos bultos. La
maleta Pepe Jeans la llevaría David, los trajes José,
la saca de flashes y trípodes Rocío y yo la mochila de cámaras. Aunque le ofrecí
a Rocío llevar la saca pesada ella me dijo que estaba acostumbrada a llevar sacas
en cañones y cuevas. Además era escaladora. En fin, una chica a la que le
gustan los deportes de aventura y enfrentarse a las dificultades.
Un breve paseo nos llevó a la entrada de la Cueva
del Yeso. Hasta la boca se recorre un curso de agua estacional embarrancado; es
decir la boca es una surgencia. La ruta básica
consiste en un recorrido a lo largo del curso de agua subterráneo que en época estival
esta seco por completo. Llaman la atención los enormes cristales de yeso que
brillan por doquier en las paredes. Caminando erguidos, salvo un breve tramo en
que se gatea, en unos quince minutos accedimos a una interesante sala, creo que
la llaman la Sala del Estrato, que me pareció adecuada. Aunque también me habían
gustado las galerías de tránsito y una sala un poco antes. La dificultad en
esta sala era encontrar un sitio plano con suficiente amplitud para la puesta
en escena. Y también eliminar, de la imagen final, las ramas empotradas por el
río en algunas zonas laterales.
Encontré una posición para las tomas retirándome un
poco hacia el fondo. Podía controlar la posición de los actores, en el tercio
izquierdo o en el tercio derecho del encuadre, según me interesase. Se veían
bien el techo plano y la paredes cuajadas de gordos cristales de yeso. Hice
unas pruebas de iluminación con Rocío y enseguida empecé la sesión en sí. En
una hora había tomado suficientes fotos como para tener material de sobra.
Recoger nos costo muy poco tiempo.
La charla entre Rocío, David y José fue un gran ejemplo
de lo que viven los jóvenes españoles para salir adelante. Me parece bastante
heroico el enfoque vital que sobrellevan. Hemos desembocado en un mundo de inseguridades
vitales pero hay algunos que agarran el toro por los cuernos. En realidad
siempre ha sido un poco así. David Dadis me contó
que, aunque ha estado en muchas capitales europeas -incluidas Londres, Berlín,
Madrid y Barcelona-, en donde mejor les han tratado autoridades y público es en
Málaga. También que ha ido puliendo su personaje, el ejecutivo, teniendo que
recortar algunos elementos excesivamente provocativos. Más tarde añadió a José
Almansa lo que le dio una fuerza mayor a la puesta en escena. José Almansa me
contó que, aunque tiene ancestros en Sorbas, nunca había oído hablar ni había
visto la cueva. Cosas del destino.
Durante la vuelta a Murcia asistí a un hermoso
atardecer. Las cosas habían salido extraordinariamente bien después de todo el
lío. Y había tenido la suerte de conocer a unas personas maravillosas. ¿Qué más
le podía pedir al día?
En la Sala del Estrato
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