La idea de realizar un vídeo con las fotos surgió
de Hilario. A mi no se me hubiera ocurrido porque amo demasiado la letra
escrita. Pero cuando me lo dijo, durante la fiesta de aniversario del SCC de
finales de agosto, me resultó de lo más obvio. Un soporte de comunicación que
puede ser muy contundente si se sabe usar. Para transmitir ideas nuevas es
superior al formato escrito en el sentido de que permite llegar a muchas más
personas. Ver un vídeo de tres minutos cuesta mucho menos que leer un texto que
pretenda transmitir lo mismo. Menos tiempo y menos esfuerzo. En ese vídeo se trataría
de enviar un mensaje proteccionista con el apoyo de las fotos.
Para realizar el vídeo pensé de inmediato en A. Dólera. Es espeleólogo, es un profesional consolidado de la
imagen y es un gran amigo. Además el mismo A. Dólera me
había sugerido, hace ya tiempo, la idea de hacer un vídeo para apoyar el
mensaje de las fotografías. El único problema era que la agenda de A. Dólera es compacta e impredecible. Pero a finales de
septiembre llegamos un acuerdo sobre las fechas. Haríamos una sesión en la
última quincena de octubre. Quedaba por resolver con quién haríamos la sesión y
en qué cueva.
La primera propuesta fue hacerlo en las cuevas de Sant Josep de Castellón con una amiga de A. Dólera llamada
Esther y que es música. Pero Esther tenía una agenda que nos hubiera llevado a
editar el vídeo a mediados de noviembre. Teniendo en cuenta mis propias
necesidades pensé hacer una sesión en Cantabria con Irene, una amiga
violinista.
A A. Dólera la idea de
pasar un par de días en el norte visitando alguna cueva le gusto. Y a Irene la
idea de posar le encantó. Fijamos una sesión para el 22 de octubre. Un conocido
me proporcionó el contacto de un músico flautista, Juan Saiz, que tocaba y
grababa en cuevas. Pensé que podía ser interesante juntar a ambos músicos en la
misma sesión. Violín y flauta. No obstante cuadrar en esa fecha a todos me
pareció un suceso poco probable.
Mientras tanto fui una tarde a la Cueva del Narizón
para revisar sus escenarios. Aunque la cueva tiene varias salas medianas bien
decoradas me pareció un poco complicada para Irene. Pero lo peor eran los
alrededores para las tomas con el dron: un polígono industrial. Llegó la respuesta positiva de Juan –y la
de Irene-, llegó la idea de realizar el video en el marco incomparable de La Puntida y llegó A. Dólera
procedente del sur.
El domingo 22 por la mañana unas nubes oscuras amenazaban
con descargar lluvia. Pero en Ajanedo el tiempo se
mantuvo estable. Solo cayeron unas pocas gotas. Esto nos permitió realizar un
vuelo del dron del que obtuvimos unas hermosas visiones del valle del Miera.
Además realizamos tomas de video subiendo por el bosque, en la boca de La Puntida y cuando se estaba preparando la sesión.
La idea era realizar una sesión fotográfica en las
salas más decoradas de La Puntida. Sin embargo hubo
que cambiar de planes. A Irene el ambiente subterráneo -y el tránsito por zonas
de bloques con pequeñas trepadas y destrepes- le
afecto sobremanera. Cuando comprobé que la localización proyectada no era
alcanzable hice un intento de sustituirla por las pequeñas galerías de la
derecha en donde hay también buenas localizaciones. Pero el paso entre grandes
bloques o el deslizarse entre dos bloques no era posible tampoco para Irene.
Finalmente nos conformamos con la zona plana final a la derecha de la sala de entrada.
En sí la sesión fue sencilla y rápida. Disposición de
flashes en X + flashes de paisaje en dos posiciones. Usé el 55mm para todos los disparos.
Finalmente fui tomando las tomas de paisaje. A la salida A. Dólera
hizo una entrevista a Juan para incluirla en el vídeo.
El
tiempo había mejorado cuando salimos de la cueva. Invitaba a quedarse por allí
el resto de la tarde. Nos fuimos a tomar algo y a comentar las vicisitudes al
mesón de San Roque. Las croquetas
que preparan son excelentes. Y en general todo lo que cocinan está superior.
A finales de la tarde A. Dólera
y yo tuvimos tiempo todavía de hacerle una entrevista a Ramón Bohigas. Y al dia siguiente,
lunes, los entrevistados fuimos Adrián y yo mismo. Con todo ese material había
de sobra para sacar adelante un vídeo de tres o cuatro minutos y otro con
entrevistas de más largo. Quizás hasta veinte minutos. Suficiente para enmarcar
y lanzar el mensaje proteccionista y de conservación del Patrimonio Subterráneo…
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